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El barco Aquarius, el compromiso con los refugiados y el papel de Europa

El Ejecutivo italiano ha expulsado a los inmigrantes que huyen de sus países para salvar su vida.

La llegada masiva de refugiados que huyen de territorios en conflicto, se produce de manera paralela al ascenso de la ultraderecha en Europa. Quizás, el terrorismo islámico ha conseguido su objetivo en el Viejo Continente: fomentar el rechazo al extranjero y, en particular, a la comunidad musulmana.

El último ejemplo de la ola de racismo y xenofobia que sacude a nuestro entorno se plasma en la creación del nuevo Ejecutivo italiano. La coalición de la extrema derecha de la Liga Norte y el populista Movimiento 5 Estrellas (que ha abandonado el ala izquierda tras la salida de Beppe Grillo), suponen la extensión de unas formaciones que han abrazado el movimiento 'lepenista'.

El ascenso de estos movimientos se ha replicado en países tan dispares como Alemania, Grecia, Holanda o Francia y ha obtenido el control de la Hungría de Viktor Orbán. Sin embargo, nadie hubiera pensado que llegarían a controlar la cuarta economía de la Unión Europea (hasta la consumación del Brexit).

Eso es lo que está consiguiendo Matteo Salvini, el nuevo ministro del Interior de Italia que ha bloqueado la entrada del barco Aquarius. Una embarcación con 600 refugiados se encuentran a la deriva y con víveres limitados para salvar sus vidas.

Salvini es el responsable de abandonar el Aquarius a la deriva
"Salvini es el responsable de abandonar el Aquarius a la deriva"

Las autoridades italianas no han escondido su interés por rechazar a estas personas. Y no son los únicos: Malta también ha prohibido el acceso a sus puertos, aunque hay que reconocer que la isla cuenta con menos recursos en materia de infraestructura y, evidentemente, superficie territorial.

La única esperanza para estas personas se encuentra en Valencia. El gobierno de Pedro Sánchez supone toda una excepción en el contexto europeo (con la excepción de Grecia y Portugal), en toda una ola de conservadurismo en nuestro entorno. El puerto de la tercera ciudad española se encuentra abierto para la entrada de estas personas en el espacio comunitario y contará con el apoyo de otras regiones como País Vasco o Extremadura; así como grandes ciudades del tamaño de Madrid, Barcelona o la propia Valencia.

El Aquarius tiene permiso para atracar en Valencia
"El Aquarius tiene permiso para atracar en Valencia"

Es la prueba de que el antídoto de la extrema derecha pervive en España (la cercanía con el franquismo), donde el único partido que abraza abiertamente esta ideología (VOX) no cuenta con ninguna representación en los parlamentos regionales ni en el Congreso de los Diputados.

"¡Victoria, los inmigrantes van de camino a España", se regodeaba Salvini tras anunciar que su gobierno tampoco proporcionaría soporte para que estas personas puedan alcanzar Valencia. En un primer momento, porque en todo un 'halo de humanidad', finalmente cederá dos buques de la Guardia Costera y la Marina para permitir que estas personas lleguen a Valencia con un mínimo de seguridad y dignidad. Porque el trayecto de tres días hasta la ciudad española se antojaba imposible con los víveres y estado en el que se encuentra el Aquarius.

Auténtica falta de apoyo de la UE y la 'rebeldía' de Pedro Sánchez

El ofrecimiento de Pedro Sánchez supone romper con la posición de Bruselas, que había decidido manifestar indiferencia hacia el puñetazo sobre la mesa de Salvini. Ya saben, "quien calla otorga".

También supone la ruptura con la política de Mariano Rajoy, aquel que cumplía estrictamente todo lo dictado por la UE y que finalmente no alcanzó los objetivos en materia de acogida a refugiados que había comprometido.

El problema que se presenta en Bruselas se sitúa en la falta de apoyo material a los países periféricos (sobre todo del sur), aquellos que por su situación geográfica se ven obligados a soportar la carga migratoria de aquellos que quieren salvar su vida.

Europa ha apoyado indirectamente el rechazo de Salvini al barco Aquarius
"Europa ha apoyado indirectamente el rechazo de Salvini al barco Aquarius"

Por otro lado, la política de asilo de gran parte de los países europeos supone un freno a la integración de estas personas. Mientras que España aporta formación dentro de los CAR (Centro para la Acogida a Refugiados) para que los solicitantes de asilo puedan construir una nueva vida en nuestras fronteras; otras naciones como Suecia u Holanda apuestan por la subvención continua, planteando la residencia de las personas que llegan como temporal y nunca definitiva.

La situación española tampoco es ideal. La mayoría de inmigrantes que pisan territorio español terminan abandonando porque cuentan con familias en el norte o buscan una nueva vida en territorios más prósperos. A la postre, gran parte de los que llegan terminan con un final similar al que buscan los mencionados países septentrionales.

Sin embargo, Europa no ayuda de manera efectiva a países como España, Italia o Grecia para absorber toda la ola de refugiados, aquella que ha dejado más de 14.000 personas muertas entre 2014 y 2017. ¿Hacen falta reformas? Rotundamente.

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