El veto que el gobierno de Donald Trump puso a Huawei puso a la tecnológica en una una delicada situación en la que todavía sigue inmersa. La marca china ha ido moviendo fichas poco a poco y recientemente se ha hecho público un informe en el que se confirma que, al parecer, está avanzando en la puesta en marcha de un sistema operativo alternativo a Android, en cuyo desarrollo lleva trabajando meses.
Los últimos datos conocidos afirman que en torno a un millón de dispositivos estarían ya funcionando con ese sistema operativo alternativo, que estará listo definitivamente para ser lanzado al público a partir de otoño de 2019. El medio China Daily ha publicado un informe de la consultora Rosenblatt Securities en el que se revela el nombre de este sistema: HongmengOS en China, y ArkOS en occidente. Además, aseguran que este no solo está orientado a móviles, sino que también lo tendrán tablets, televisores, automóviles y portátiles.
Uno de los principales objetivos de esta estrategia es crear un fuerte ecosistema software a través de su propia tienda de aplicaciones. Huawei lleva un tiempo ofreciendo su AppGallery, pero ahora ya se sabe que la firma está contactando con multitud de desarrolladores para que, además de ofrecer sus aplicaciones en Google Play, también lo puedan hacer en su nueva tienda. Además, por lo visto, este servicio tendrá una estética y presentación muy similar a la tienda de aplicaciones móviles de Google.
Uno de los desarrolladores que ha recibido esta oferta ha contado que el fabricante chino le habló de cómo la empresa tiene "270 millones de usuarios activos", en más de "350 millones de móviles", la mitad de los cuales se venden fuera de China, según ha publicado Xataka.
Conflicto comercial y teconológico
Los expertos en tecnología han explorado el alcance de la guerra comercial que se ha desatado por la entrada de Huawei en la Entity List, la lista negra que provocó el veto de diversas empresas norteamericanas a Huawei. En Ars Technica han creado un boletín en el que se detallan los efectos colaterales de ese veto, ya que la prohibición de trabajar con Huawei no solo afecta a Android, sino, en parte, también a Open Source, el copyright del software.
Además, hay otros elementos clave de la plataforma Android que también están gestionados por empresas norteamericanas, como es el caso de Java, que supuso una disputa legal entre Google y Oracle (de quien es propiedad). El conflicto terminó con el aprovechamiento de Java en Android, que se calificó como "uso justificado". Un argumento que no se podría utilizar en el caso de Huawei, ya que teóricamente, violaría el veto al usar esta tecnología.
La polémica sigue abierta, pero puede que en la conferencia del G20 celebrada a finales de junio de 2019 en Japón, se calmen las aguas y se cierren las incógnitas todavía abiertas, sobre todo porque hasta dentro del equipo de Trump siguen teniendo dudas sobre el veto. Pase lo que pase en los futuros movimientos, Huawei sigue trabajando y planteando alternativas a Android para que sus usuarios sufran las menores consecuencias posibles.
