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En Alemania es legal fugarse de la cárcel

También en México, Bélgica o Austria el prisionero tiene derecho a buscar la autoliberación.

Cada país tiene sus normas respecto a la regulación de las cárceles y sus presos. En Brasil, por ejemplo, por cada libro que se lee se permite reducir la sentencia en cuatro días. Por lo general, en todos los países esta serie de normas mantienen un principio básico en las prisiones: que los reclusos no salgan hasta que no hayan cumplido su sentencia. Pero como en todo, en esta ocasión también existen excepciones. 

Las consecuencias de fugarte de la cárcel dependen del país en el que te encarcelen. Por ejemplo, en Estados Unidos todo el que se escapa de la cárcel corre el riesgo de enfrentarse a hasta 10 años más entre rejas. Esto dependerá de la jurisdicción en la que se encuentre y su historial criminal anterior. En el lado opuesto se encuentra Alemania, donde escapar de prisión es totalmente legal. Ni siquiera importa el crímen por el que se te haya encerrado. Aunque suene extraño, no te pueden castigar por fugarte de una cárcel alemana. Para poder entenderlo, tal y como publica Gizmodo, es necesario retroceder a la década de 1880, momento en el que la legislatura de lo que era el Imperio Alemán decretó que todas las personas tienen el derecho a buscar la autoliberación y, por tanto, no se puede castigar a nadie por escapar de la cárcel. 

Después de más de 130 años, esta ley sigue siendo vigente, pero no solo en Alemania. Otros países como Bélgica, Austria o México tienen leyes similares que básicamente permiten al preso escapar de su celda sin poder tomar represalias al respecto.

Derecho a buscar la libertad

En realidad, estas leyes se rigen por el pricipio básico que se refiere a la diferencia entre el derecho a la libertad y el derecho a buscar la libertad. Esto, explicado de otra manera, quiere decir que si cometes un delito, puedes perder el derecho a la libertad, por lo que el gobierno te encerrará en una prisión para privarte de ella. Sin embargo, en estos países se cree que las personas siempre tienen derecho a buscar su libertad. 

Es necesario señalar que, como es obvio, existen una serie de condicionantes y advertencias al respecto. Por ejemplo, si después de fugarte la policía te encuentra, te puede volver a envíar a prisión. O sea, que escapar sea legal no quiere decir que la sentencia se evapore, solo significa que no puede sumarse una pena por haber huido. Además, aunque escapar no esté en contra de la ley, sí lo está en contra de las normas de la cárcel. Por este motivo se reducen las posibilidades de obtener la libertad condicional tras un intento de fuga. 

También se puede dar el caso de que durante el proceso de fuga se cometa otro delito, por el que se aplicará la pena correspondiente, como es lógico. Sobornar a un guardia sigue siendo un soborno, robar un coche para escapar, sigue siendo un robo, y cometer algún desperfecto en la celda para intentar escapar, sigue siendo destrucción de la propiedad. 

A pesar de que parezca prácticamente imposible poder huir de la cárcel sin cometer ningún otro delito, no es imposible. Joel Kablan lo consiguió en 1971 al escapar de una cárcel de México sin romper ninguna ley. La fuga fue cuidadosamente planeada para evitar cometer delitos. A partir de entonces, Kaplan pareció vivir en una especie de limbo donde ni el FBI ni el gobierno mexicano parecieron demasiado interesados en encontrarlo, por lo que nunca terminó de cumplir su condena. 

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