"¿Qué sucede cuando Josh y Alex, una pareja casada en una relación abierta, invitan a Darius a compartir su cama una noche?". De esta manera se presenta 'Afterglow', la producción off Broadway de Nueva York que, tras cosechar un destacado éxito y saltar a Londres y Los Ángeles, aterriza en España de la mano de Pedro Casas, que coloca al frente de la obra que se estrena el 5 de marzo en Nave 73 (Madrid).
'Afterglow' explora las conexiones emocionales, intelectuales, físicas y sexuales entre sus tres protagonistas, interpretados por Andrés Acevedo, Christian Escuredo y Jorge Vidal. Estos dos últimos visitaron Los Replicantes para dar algunos detalles de la obra, analizar por qué es tan especial y, sobre todo, hacer un llamamiento a romper ciertas normas sociales y a acabar con determinados prejuicios que siguen marcando nuestra manera de entender y vivir las relaciones.
"Hablamos del amor líquido, sobre relaciones, sobre la manera que tenemos de combinar la necesidad de seguridad con la necesidad de libertad", expone Vidal. "Vivimos muy armados a los dogmas. Las relaciones es algo tan personal y tan íntimo, que cada relación tiene que armar sus propias normas", apunta Escuredo, que coincide con su compañero en que en 'Afterglow' solo muestra un modelo de relación "sin hacer una crítica pero sin presentarlo como un modelo de perfección".
De lo sexual a lo emocional
Uno de los ingredientes principales de 'Afterglow' es el sexo. De esta forma, los desnudos estarán muy presentes en la historia de Josh, Alex y Darius, aunque Christian Escuredo confiesa que interpretando a su personaje se siente "más desnudo en lo emocional que en lo físico". "La obra es muy emocional, aunque tenga todo lo sexual", apunta, subrayando que "hay una parte muy realista que no funcionaria si no se cuenta con mucha honestidad", algo que han conseguido creando un "mundo muy onírico y simbólico".
Ambos coinciden en que 'Afterglow' es muy íntima a la par que universal pues "habla de conflictos que a todos nos pasan", agrega Jorge Vidal. "Jugamos con que el espectador se sienta como un voyeur", lanza su compañero, que está convencido de que el público que vaya a verla saldrá excitado. No solo eso, los actores van más allá e invitan a la reflexión.
"Me ha removido. Te hace plantearte cosas y te das cuenta que hay cosas que tenías construidas", confiesa Vidal. "Es enriquecedor, nos ayuda a romper con normas sociales. Este tipo de obras nos ayuda a entrar en otras dimensiones que igual ni te planteabas o que incluso juzgabas", expone Escuredo, poniendo en valor el poder del teatro: "Tiene el poder de contar lo que le dé la gana. No solo entretiene, sino que nos sensibiliza".
