Donald Trump ha decidido devolverle a Alcatraz su antiguo propósito. La icónica prisión situada frente a la bahía de San Francisco, cerrada desde hace más de 60 años, volverá a operar como centro penitenciario.
Así lo ha anunciado el presidente estadounidense en una publicación en su red social Truth Social, donde ha confirmado que ha dado orden de reabrir y ampliar sus instalaciones para "encerrar a los delincuentes más violentos de Estados Unidos".
"Durante mucho tiempo fuimos un país serio que sabía cómo actuar frente a los criminales más peligrosos", escribió Trump. "Vamos a retomar esa firmeza. Ya no toleraremos a quienes llenan nuestras calles de sangre, suciedad y caos". En el mismo mensaje, el presidente dejó entrever que algunos inmigrantes en situación irregular también podrían acabar recluidos en la isla.
La medida, todavía en fase inicial, ha sido trasladada a la Oficina Federal de Prisiones, al Departamento de Justicia, al FBI y al Departamento de Seguridad Nacional. Según fuentes oficiales, la agencia penitenciaria acatará la orden presidencial. En su publicación, Trump arremetió también contra el sistema judicial, al que acusó de obstaculizar sus intentos por deportar a migrantes: "Ya no seremos rehenes de criminales, matones y jueces cobardes que impiden que cumplamos la ley".
Una propuesta por "el orden y la justicia"
El mandatario ha explicado que la idea le vino a la mente ante la frustración que le generan los jueces "radicalizados" que, según él, bloquean sus medidas de seguridad. A su juicio, Alcatraz siempre ha sido "un símbolo del orden y de una justicia sin fisuras".
No es la primera vez que el entorno del presidente plantea esta posibilidad. Ya en enero, su hijo, Donald Trump Jr., comentó en redes sociales que reabrir Alcatraz podría ser una opción tan válida como Guantánamo.

Construida en una isla de difícil acceso, Alcatraz funcionó como prisión federal entre 1934 y 1963. Su cierre se justificó entonces por el elevado coste de mantenimiento, que oscilaba entre tres y cinco millones de dólares anuales. Aunque muchos lo relacionan con la fuga protagonizada por tres presos en 1962, que lograron desaparecer sin dejar rastro. En las últimas décadas, el lugar se ha convertido en una atracción turística gestionada por el Servicio de Parques Nacionales.
Ahora, sin embargo, el presidente quiere recuperar su uso original. A falta de más detalles sobre cómo y cuándo se llevará a cabo la reapertura, lo cierto es que el regreso de Alcatraz como prisión es ya un hecho anunciado, y promete ser una medida tan polémica como costosa.