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Qué fue de Tracy Edwards, la última víctima de Jeffrey Dahmer que logró escapar

Iba a ser la víctima número 18 de Dahmer, pero consiguió escapar facilitando su detención.

Qué fue de Tracy Edwards, la última víctima de Jeffrey Dahmer que logró escapar

Diecisiete fueron los hombres asesinados a manos de Jeffrey Dahmer entre 1978 y 1991. Tracy Edwards podría haber sido su víctima número dieciocho pero, tras cinco horas de terror, pudo escapar del apartamento del conocido como 'Caníbal de Milwaukee', lo que facilitó su detención.

Edwards fue una pieza clave en el juicio contra Dahmer, por lo que fue considerado prácticamente un héroe. Sin embargo, su vida se vio truncada para siempre y en los años posteriores acumuló varios cargos policiales por robo, posesión de drogas, daños a la propiedad y falta de pago de la manutención de los hijos, entre otros.

A raiz del éxito de Netflix, 'Dahmer', que ha rescatado la escalofriante historia de este asesino, el que fuera abogado defensor de Edwards, Paul Ksicinski, ha ofrecido una entrevista a Fox News donde ha asegurado que Dahmer "destruyó la vida" de su representado.

"Él nunca pudo recomponer su vida después de eso. Abusaba de las drogas y bebía alcohol en exceso. No tenía hogar. Simplemente vagaba de un lugar a otro", narra el letrado. "No sé cómo o qué podría haber hecho para volver a recomponer su vida", añade apenado, tratando de explicar cómo le cambió la terrible experiencia con Dahmer: "No era la misma persona. La estructura de su rostro parecía diferente... Era como si ya no fuera él".

Tracy Edwards, superviviente de Jeffrey Dahmer
Tracy Edwards, superviviente de Jeffrey Dahmer .

Ksicinski explica que Edwards nunca quiso buscar ayuda a un especialista para tratar su trauma para así no tener que enfrentarse a del y no revivirlo, lo qu ele acababa empujando al alcohol y las drogas: "Llegué a determinar que nunca buscó ningún tipo de tratamiento psicológico o psiquiátrico por lo que le pasó. En cambio, optó por automedicarse con alcohol y drogas en la calle. No entró en tratamiento porque eso le causaría tener que recordar lo que sucedió".

Así, los problemas con la justicia no tardaron en llegar y Tracy Edwards fue acusado, en su pueblo natal Tupelo, Mississippi, de agresión sexual a una niña de 14 años por lo que fue extraditado para enfrentar cargos allí. Más tarde, en 2011, fu arrestado y acusado de cómplice de asesinato tras arrojar a un hombre por un puente.

"Siempre asumimos la posición de que no había tirado a nadie", explica el letrado. "Este era, de hecho, un amigo suyo. Todos eran vagabundos y, desafortunadamente, abusaban del alcohol. Estaba tratando de sacarlo del puente", alega. Edwards, sin embargo, se declaró culpable del cargo reducido de ayudar a un delincuente, por lo que fue condenado a un año y medio de cárcel.

En la actualidad poco se sabe de Tracy Edwards salvo que desde 2015 vive en la calle.

Cinco horas de terror

Radar Online ha recogido las declaraciones de Tracy Edwards durante el juicio, cuando relató las escalofriantes cinco horas que pasó junto a Jeffrey Dahmer antes de poder escapar. El joven, que entonces tenía 31 años, explicó que conoció a Dahmer en un centro comercial. "Me enseñó cien dólares y dijo que podíamos gastarlos en cerveza y divertirnos con amigos. A mí me pareció genial, así que volvimos al barrio y se lo contamos a mis amigos", narró y expuso cómo acabó en su casa: "Mientras se preparaban, Jeff sugirió que fuéramos a su casa y tomáramos un par de cervezas. Fui con él, ¡y fue el mayor error de mi vida!".

Nada más entrar a su apartamento, notó el "un hedor insoportable", pero Dahmer le dio que se debía un "problema con el alcantarillado". "A pesar del olor, su apartamento de tres habitaciones estaba limpio y ordenado, con una alfombra beige y un sofá en la sala de estar. Pero en las paredes había varios cuadros de jóvenes sin camisa", detalló.

"Empecé a preguntarme si Jeff podría ser homosexual. Nos sentamos en su sofá, bebimos un par de Budweisers y conversamos sobre Chicago. Después de que terminamos, quise irme por el olor, pero Jeff rápidamente me trajo un ron con coca cola. Cuando lo bebí, comencé a sentirme mareado. Más tarde, me di cuenta de que había puesto droga en la bebida", recordó, exponiendo la técnica usada por Dahmer para someter a sus víctimas.

Tras esto, comenzó el horror: "Giré la cabeza hacia la derecha para mirar una pecera y, de repente, sentí que unas esposas me rodeaban la muñeca izquierda. Entonces Jeff clavó un cuchillo negro en mi pecho". "Al principio, pensé que esto era una especie de broma pesada. Pero entonces Jeff entrecerró los ojos y me dijo con voz helada: 'Haz exactamente lo que te digo, o te mato'", sentenció. Así, lo llevó hasta su cuarto donde puso la película de 'El exorcista'.

A continuación, Dahmer quiso mostrarle algo y sacó una "cabeza humana": "Empezó a frotarse la cabeza, mirándome fijamente y diciendo: 'Así es como consigo que la gente se quede conmigo, y tú también te quedarás conmigo'". Tras horas viendo la película, su captor le ordenó apuntándole con el cuchillo que se tumbara en el suelo para poder escuchar los latidos de su corazón: "Se puso encima de mí durante unos 15 minutos y fue entonces cuando me dijo que iba a arrancarme el corazón y comérselo".

Edwards consiguió convencer de Dahmer de volver al salón y cuando abrió la nevera para sacar más cerveza, pudo ver "una masa de carne ensangrentada en el interior". "Me llevó de vuelta al sofá manteniendo el cuchillo presionado contra mí y se sentó a mi lado", continuó, detallando que en aquel momento Dahmer comenzó a mecerse de un lado a otro y a tararear: "'Ha llegado la hora! Ha llegado la hora".

Fue entones cuando Edwards le dio un puñetazo en la mandíbula y poniéndose de pie le propinó una patada en el pecho tirándolo al suelo. Corrió hacia la puerta y consiguió abrir las dos cerraduras y abrirla, pero Dahmer le alcanzó. Lo empujó con todas sus fuerzas y pudo escapar.

"En unos momentos estaba en la calle, corriendo lo más rápido que pude mientras le hacía señas a un coche de policía", contó muy afectado. "Arrestaron a Dahmer y cuando se lo llevaron esposado, respiré aliviado. Pero fue solo después de que él se fue que el impacto total de mi terrible experiencia me golpeó: pasé cinco horas en el infierno. Otros diecisiete antes habían muerto, ¡pero solo yo viví para contarlo!", concluyó.

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