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Natsumi, la niña superdotada que degolló con 11 años a su compañera porque la llamó "gorda"

El crimen conmocionó a Japón y a todo el mundo, abriendo el debate sobre la impunidad de los menores y la influencia de internet.

Natsumi, la niña superdotada que degolló con 11 años a su compañera porque la llamó "gorda"

Redacción

18 Julio 2021 18:17

Comentarios sobre el peso en salas de chat de internet. Ese es el desencadenante que Natsumi Tsuji, de Nagasaki (Japón), dijo a la policía que dio pie a cometer uno de los crímenes más estremecedores de Japón y que dio la vuelta al mundo, en 2004 cuando hizo plantear los peligros de internet, al menos por primera vez a nivel masivo, en Japón.

La confesión de la niña, según recogían los medios nipones, ponía los pelos de punta: "Satomi Mitarai (la víctima, de 12 años) escribió algo malo sobre mi apariencia varias veces en la red unos días antes del incidente. No me gustó eso, así que la llamé (a una sala de estudio) y le corté el cuello después de hacer que se sentara en una silla".

Lo hizo a la hora del almuerzo. Natsumi le dijo a su víctima, Satomi, que iban a quedar en la sala vacía para probar un nuevo juego. Sentó a la niña en una silla y le explicó que no debía mirar. Le tapó los ojos con una de sus manos y, con la otra, sacó el cúter y se lo clavó en el cuello.

Tras lo sucedido, Natsumi salió del aula, caminó por los pasillos y llegó a clase. Allí, se dirigió al profesor y le espetó: "He hecho algo malo".

Un crimen totalmente planeado

La menor llevaba cuatro días planeando el asesinato, según contó a los investigadores y recogía el periódico Mainichi. Aseguraba que se había inspirado al usar un cortador de papel después de verlo en una serie de televisión: "Vi esa serie y pensé que lo haría de esa manera".

Varios compañeros de clase, en la escuela primaria de Okubo, en Sasebo, situada en el sur de Japón, aseguraron que habían visto a la menor consumiendo libros de terror, incluido el título 'Battle Royale, sobre alumnos de un colegio que se mataban entre sí.

La menor, con un cociente intelectual de 140 (solo lo alcanza un 0,5% de la población mundial) fue enviada a un reformatorio de la prefectura de Tochigi y sentenciada, primero, a dos años de detención. Se especuló con el origen de su conducta agresiva, pero no se encontraron motivos para tal nivel de agresividad.

En 2008 le otorgaron arresto domiciliario y en 2013, con 20 años, cumplió su pena y se mudó con su familia a un lugar situado en un paradero desconocido. El crimen hizo que tuviera una legión de fans, que se dedicaron a rendirle homenaje con dibujos, muñecos, juegos de vídeo, animaciones, memes, canciones, poemas o historietas; a pesar de la violencia inusitada de su asesinato... o por ello.

Este asesinato abrió el debate en Japón sobre la responsabilidad penal de los menores de 14 a 16 años. Algo que ya sucedió con el crimen de Kobe en 1997, cuando se descubrió que el responsable era un menor de 14 años. Se planteó bajar la edad a 11 años, aunque finalmente no sucedió.

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