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Ciencia

Un macroestudio de Oxford desmiente el vínculo entre el uso del móvil y el cáncer cerebral

Un estudio de Oxford analiza la verdadera incidencia de los teléfonos móviles en el posible desarrollo de un tumor cerebral.

Un macroestudio de Oxford desmiente el vínculo entre el uso del móvil y el cáncer cerebral

Redacción

30 Marzo 2022 18:02

Un amplio estudio realizado con datos de más de 776.000 mujeres ha concluido que no existen evidencias de que el uso del teléfono móvil incremente el riesgo de sufrir cáncer cerebral. La investigación ha tenido acceso a la base de datos Million Women Study, que acumula una gran cantidad de historiales médicos y ha sido publicada en el Journal of the National Cancer Institute.

Los autores pertenecen a la Universidad de Oxford y a la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer y abordaron las dudas sobre los efectos del uso del teléfono móvil, un asunto que se ha vuelto a poner de actualidad con el despliegue de las redes 5G.

Se ha realizado un seguimiento durante 14 años del historial de las 776.000 mujeres, en el que se demostró que hubo 3.200 que desarrollaron algún tipo de tumor cerebral. Los investigadores compararon los datos de quienes utilizaban el teléfono móvil y quienes no, y "no se hallaron asociaciones estadísticamente significativas".

Cabe destacar que el uso del teléfono móvil que registraron los autores era de, al menos, 20 minutos de conversación por semana. La investigación aborda lo que se considera como un uso "en circunstancias normales".

El análisis muestra que para los gliomas en los lóbulos temporales y parietales, que son las partes del cerebro más expuestas a las radiofrecuencias electromagnéticas de los teléfonos móviles, el riesgo se incrementaba menos de un 1%.

Las dudas sobre el efecto en el cerebro

Los dispositivos móviles necesitan emitir campos electromagnéticos para funcionar. Este tipo de campos ya eran comunes antes de aparecer este tipo de teléfonos, puesto que eran utilizados por las emisiones de radio y televisión.

La diferencia, ahora, es que el móvil se coloca junto a la oreja, pegado a la cabeza y que la radiación puede penetrar algunos centímetros en la cabeza y ser absorbida por el tejido cerebral. El efecto sobre esos tejidos es el calentamiento, por ello, se impusieron estándares en la fabricación de teléfonos móviles para minimizar ese calentamiento. Eso, sin embargo, no puso fin a las dudas y las sospechas.

Este estudio representa un estudio por aclarar dichas lagunas: "No se han detectado incrementos ni reducciones estadísticamente significativas, ni de tumores en general ni de ningún subtipo específico, por el uso diario de un teléfono móvil durante al menos 10 años, comparado con quienes no lo han usado nunca", afirmaban los autores.

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