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'GH DÚO': del tropiezo al desfase en la casa del machismo

El reality show de Telecinco ha encontrado en el contraejemplo su fórmula mágica para entretener.

Decía Jorge Javier Vázquez durante la emisión de 'GH DÚO', que el reality show de Telecinco es a veces un buen ejemplo de cómo no hay que comportarse, de cómo no hay que ser, de las cosas que uno no debe hacer en la vida real. Y no le falta razón. En ocasiones, la televisión es ese espejo en el que es mejor no verse reflejado. No está mal, el contraejemplo también educa. El problema emerge cuando el programa encuentra en el contraejemplo su fórmula mágica para entretener.

Un placer culpable

Ylenia y María Jesús Ruiz enfrentadas antes de la expulsión en 'GH DÚO'
"Ylenia y María Jesús Ruiz enfrentadas antes de la expulsión en 'GH DÚO'"

No nos engañemos, la televisión y el entretenimiento funcionan a golpe de polémica. Y más aún en tiempos donde los titulares pretenciosos, falsos incluso, inundan nuestro timeline. No es algo que hayamos descubierto ayer. El conflicto, el altercado, la contienda, una pelea vende. Y no pasa nada, podemos convivir con ello. Necesitamos alimentar ese pequeño monstruo que nace en la boca de nuestro estómago y que acostumbramos a llamar morbo.

El placer de ver en televisión el esperpento, cuanto más mamarracho mejor, es universal. Es como atiborrarse de chocolate a las dos de la mañana, es ese deleite culpable con el que algunos conviven más en paz que otros. Pero a veces, el empacho de ese alimento prohibido con el que pecas de madrugada no se digiere del todo bien. Y acaba pasando factura. Quizá no se termina de aborrecer del todo, pero se te atraganta.

La televisión educa. Y es cierto que a veces le otorgamos a nuestros medios de comunicación, a nuestros periodistas y a nuestras celebridades una responsabilidad mayor de la que deberían cargar. Pero su influencia es arrolladora. Y hay que medirla para que resulte lo más positiva posible.

Del tropiezo al desfase y dónde poner el límite

Antonio Tejado, en tela de juicio por sus actitudes machistas en 'GH DÚO'
"Antonio Tejado, en tela de juicio por sus actitudes machistas en 'GH DÚO'"

Uno no debe ver 'Gran Hermano' con la idea de encontrar en él un manual de buena convivencia. De hecho, nadie pretende que el programa se convierta en algo así. Si el formato de telerrealidad ha triunfado en todo el mundo es porque el espectador podía no solo ser testigo del desarrollo de la convivencia de un grupo de desconocidos incomunicados, sino porque conectaba con sus concursantes enseguida. Con ellos, con sus virtudes y tropiezos. Con su evolución, sus disculpas y su perdón. Con personas imperfectas, como lo somos el resto de mortales. Y también con el error.

A veces la televisión nos devolvía el reflejo de lo que no queríamos ser, lo que es profundamente positivo a pesar de lo que pueda opinar el clásico crítico elitista que aborrece este tipo de entretenimiento. Pero la necesidad, casi desesperada, de generar un contenido controvertido por parte de concursantes y productores ha desembocado en una espiral de violencia, machismo y hostilidad que se emite en prime time tres noches a la semana y que roza lo imperdonable. Porque del tropiezo al desfase hay un trecho y, en medio, su límite.

La casa de Guadalix de la Sierra encierra en casi cada rincón un ejemplo de lo que uno no debe ser nunca, de cómo uno no debe comportarse, por mucha rabia y frustración que sienta en su interior, por muy al límite que una circunstancia le lleve. Sus concursantes juegan hoy con temas sumamente delicados, se acusan mutuamente de delitos graves con una ligereza que asusta, reproducen actitudes que creíamos superadas y confunden la trivialidad con la frivolidad.

En las últimas ediciones, el formato ha conseguido reunir en la casa a un grupo de jóvenes completamente fuera de onda. Y les ha funcionado. En sus últimas temporadas han recuperado un grandísimo número de espectadores que se habían dado de baja con el paso de los años. Cualquiera podría concluir que esa violencia, ese machismo y esa hostilidad de la que hemos hablado antes marcha a la perfección. Pero llama la atención que concursantes como Verdeliss o Irene Rosales despunten entre sus compañeros. Perfiles no conflictivos, respetuosos, que se involucran en el juego sin necesidad de dejar a un lado sus principios y sus valores. Y es que el espectador medio sigue buscando en 'Gran Hermano' su reflejo, a esa "persona normal" que todos creemos que somos. Porque representan el 'Gran Hermano' que comenzó como un experimento sociológico, cuyo encierro únicamente servía para tener las emociones de sus concursantes a flor de piel, "magnificadas", ingrediente suficiente para que el juego tenga sentido en televisión.

El machismo reina en casa

Julio Ruz fue expulsado por la organización de 'GH DÚO'
"Julio Ruz fue expulsado por la organización de 'GH DÚO'"

Solo un apunte: en el último año y medio se han emitido tres ediciones de 'Gran Hermano'. En la número 18, la última de anónimos, expulsaron a un joven por, supuestamente, agredir sexualmente a su novia en la casa. En 'GH VIP 6' un concursante animó a otro a aprovecharse de una chica borracha y a intentar acostarse con ella, y otro recibió la visita de su madre porque a sus espaldas había dejado un reguero de actitudes machistas sumamente graves. En 'GH DÚO', por su parte, un concursante ha sido expulsado por la organización del programa por el acoso al que sometió a su expareja en la casa, otro ha sido reprendido por hacer lo mismo con dos de sus compañeras, y un último joven recibió un toque de atención por el control al que sometió a su exnovia.

Bien por la productora, que detuvo y afeó estos comportamientos, pero ¿qué responsabilidad tiene el programa en que este tipo de actitudes se reproduzcan en televisión? ¿Qué clase de criterios utilizaron a la hora de cerrar el casting de sus últimas ediciones? ¿No hay ciertos perfiles que son sumamente previsibles sin necesidad de verlos en acción en la casa? ¿O es que rozar lo delictivo se ha convertido en la fórmula del éxito?

Ylenia hace el símbolo feminista con sus manos en 'GH DÚO'
"Ylenia hace el símbolo feminista con sus manos en 'GH DÚO'"

Nadie debería ser tan ingenuo de pensar que un concurso repleto de perfiles como el de Verdeliss o Irene funcionaría. Por supuesto que no. Necesitamos enemigos, villanos que nos hagan sacar la espada y el escudo. Como en cualquier serie de televisión o como en cualquier película o libro, donde las grandes historias giran en torno al conflicto. Pero los límites deben estar perfectamente definidos. Y si viéramos a dos chicas discutiendo por un hombre (algo bastante rancio, por otro lado), y una de ellas cruzara esos límites y le tirara un vaso de agua a la otra al grito de "zorra", entonces el programa tendría la responsabilidad de condenar el acto, y la forma más categórica de hacerlo sería expulsando a esa chica del concurso. Y que estas situaciones, por supuesto, fueran solo una anécdota, una mancha en el historial del programa y no su modus operandi, como ocurre en la actualidad.

Porque hay comportamientos cuyo debate o justificación están prohibidos. El machismo no se debate. La violencia no se debate. El bullying no se debate. Se condenan públicamente y se frenan en la medida de lo posible. Decía alguien, en una de las galas, que si el programa tuviera que expulsar a todo aquel que tuviera un comportamiento inapropiado, entonces se quedarían sin concursantes. Bien, quizá hay que empezar a replantearse a qué clase de personas están encerrando en una casa.

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