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El Ejército expulsa a una cabo víctima de violencia de género por "trastorno psíquico"

María de las Camelias sufrió malos tratos por parte de su marido y acoso laboral que provocó que perdiera el bebé.

María de las Camelias fue maltratada por su exmarido y acosada por un superior. Ahora, el Ejército la ha expulsado tras 17 años de servicio y sin derecho a pensión aludendo a un "trastorno psíquico".

Su exmarido fue condenado en noviembre de 2014 a una pena de ocho años y tres meses de cárcel por un total de ocho delitos de maltrato, amenazas de muerte y coacciones. El divorcio no frenó el acoso, sino que continuó llamándola hasta 20 veces diarias.

En una ocasión, incluso, María de las Camelias acudió al cuartel de la Guardia Civil ante el temor a que el hombre la matara, por lo que le pasó el móvil a un agente que se identificó como tal. "Me da igual, voy a matar a mi mujer. Si me tenéis que detener, hacedlo", le dijo.

Efectivamente, le detuvieron y la Justicia le impuso una orden de alejamiento de 500 metros, que culminó en el ingreso del hombre en prisión provisional tras los repetidos incumplimientos.

La sentencia recoge de forma clara que la cabo sufre un trastorno ansioso depresivo como consecuencia de "una situación de violencia de género que ha requerido tratamiento médico y psicológico con medicación desde 2012".

Este diagnóstico, sin embargo, no lo comparte la Junta Médico Militar, que asegura que María de las Camelias sufre una epilepsia parcial controlada y un transtorno ansiosodepresivo que se manifestó en 2011. Los médicos evitan, por tanto, pronunciarse acerca del la causa que motivó esta enfermedad psíquica, y no la relacionan con los malos tratos continuados que sufrió por parte de su exmarido.

La cabo María de las Camelias
"La cabo María de las Camelias"

El acoso laboral que provocó que perdiera a su hijo

Pero María de las Camelias no sufrió únicamente malos tratos , si no que tuvo que hacer frente, además, a una dura situación de acoso laboral que, según le relató ella misma a su psicóloga, sufrió desde 2005.

Ocurrió cuando estaba embarazada de cuatro meses y  tras advertir a sus superiores de su estado e informarles de que no debía cargar peso. Su sargento ignoró las advertencias de la mujer y la ordenó cavar zanjas. El gran esfuerzo físico que se vio obligada a realizar le supuso finalmente un aborto en el que perdió a su bebé, un duro golpe para María que hizo mella en su salud mental y emocional.

Ante el infierno que vivía la cabo en aquel momento, algunos de sus superiores jerárquicos acudieron al hospital para intentar persuadirla de que no denunciara al sargento a cambio de asignarla un destino que la alejara de Burgos, donde residía su exmarido. Ese destino fue finalmente Segovia, donde volvió a trabajar bajo las órdenes y humillaciones constantes del mismo sargento.

Todos estos hechos han sido ahora pasados por alto por la Junta Médica Militar, que argumenta que la cabo no presentó una denuncia de forma oficial. El Boletín Oficial de Defensa publicó en noviembre de 2013 la baja forzosa de la cabo en el Ejército alegando la "pérdida de condiciones psicofísicas". 

La expulsión del Ejército deja ahora para María de las Camelias un panorama desolador. Sin derecho a pensión y a cargo de dos hijos de seis y nueve años a los que su padre no envía la manutención, la cabo se enfrenta a su batalla más dura.

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