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Doble vara del PP: se abstiene en los retrocesos en Hungría y Polonia mientras se erige defensor de derechos humanos por Cuba

El PP llegó a desmarcarse de todo el PP europeo para votar en contra de la independencia judicial en Hungría y Polonia o permitir sus leyes homófobas.

Doble vara del PP: se abstiene en los retrocesos en Hungría y Polonia mientras se erige defensor de derechos humanos por Cuba

El Partido Popular se ha erigido de repente como uno de los mayores defensores de los derechos humanos durante las protestas contra el régimen cubano, que dejan un muerto y más de un centenar de personas desaparecidas.

La formación conservadora está utilizando la crisis en el país caribeño, como ya hizo con Venezuela, para criticar a los partidos del bloque progresista. El secretario del PP, Teodoro García Egea, no dejó lugar a dudas sobre la postura del PP: "El Gobierno no está condenando la represión de la dictadura cubana [...] Sánchez está indultando a las dictaduras de Cuba y Venezuela y está ejerciendo la diplomacia de los impunes". Sobre estas últimas palabras de diplomacia de "impunes", por cierto, no ha faltado quien le ha recordado este tuit de Rajoy de 2016:

Egea seguía: "Aunque el ministro de Exteriores es del PSOE, es evidente que la política exterior la marca Podemos".

Pablo Casado se pronunció aquella misma noche avanzando que el PP solicitaría un pronunciamiento del Parlamento Europeo "para que se respete la libertad de los pacíficos manifestantes en Cuba y cese el hostigamiento a los disidentes pacíficos venezolanos". Pero, ¿utiliza Pablo Casado las instituciones europeas siempre con el interés de extender la democracia por el mundo? ¿Lo hace con fines... partidistas? ¿Hay alguna sombra en este punto? Vayamos a Hungría y Polonia.

El PP español, desmarcado del PP europeo, para votar en contra de que Hungría y Polonia tengan más independencia judicial o para permitir sus leyes LGTBI

Este sorpresivo interés por las libertades democráticas en el mundo contrasta con la política que el Partido Popular ha exhibido con los dos países que actualmente experimentan un mayor retroceso en materia de derechos humanos dentro de la propia Unión Europea.

Hablamos de Polonia y Hungría. Este último país está gobernado por el autoritario Viktor Orbán, del partido Fidesz, que abandonó el Partido Popular Europeo en marzo de 2021 tras las múltiples desavenencias entre la dirección en Europea y Hungría. Su relación con la formación española ha sido una de las mejores desde que Orbán mostrase un apoyo explícito en cuestiones territoriales.

Los apoyos se han devuelto. Uno de los últimos desmarques del PP español fue el voto en contra de una resolución en Bruselas contra las leyes homófobas de Hungría. La delegación española se alejaba de la europea, que sí votó a favor, y se alineaba con VOX. Dentro del grupo del PP, tan solo Esteban González Pons votó a favor. Entre las leyes amparadas, se prohíbe hablar de homosexualidad con menores en lugares públicos y también su representación en escuelas y programas de televisión, publicidad o cualquier plataforma accesible a menores de 18 años. De hecho, Orbán ha llegado. compararla con la "pedofilia".

La resolución del Parlamento Europeo, que sí votó el Partido Popular Europeo, considera que las leyes húngaras son "una violación manifiesta de los valores, principios y el derecho de la Unión" y "otro ejemplo deliberado y premeditado del desmantelamiento gradual de los derechos fundamentales en Hungría".

La intención era congelar los fondos de rescate para forzar un cambio de políticas, haya 7.200 millones de euros, que ya han permitido en Polonia retirar algunas 'zonas libres de LGTBI'. Pero el PP no lo ve así: "Consideramos que la petición de retirada de fondos perjudicaría al conjunto de la población húngara y no solo a su Gobierno", declaró el partido al diario El País.

No fue el único. En enero de 2020, el PP también se desmarcó del Partido Popular Europeo y votó en contra de que Hungría y Polonia tuvieran mayor independencia judicial, precisamente cuando ambos países estaban atacando su independencia.

El PP se posicionó entonces con el PiS polaco de Kaczynski, con VOX y los euroescépticos de ID, con la Lega de Salvini y con el, entonces, Frente Nacional (ahora llamado Agrupación Nacional) de Marine Le Pen, entre otras formaciones.

"En el Parlamento Europeo hemos apoyado la defensa del Estado de Derecho contra los gobiernos autoritarios de Polonia y Hungría. El PP de Pablo Casado con su voto en contra junto con la extrema derecha confirma la deriva en que se encuentra", aseguraban desde el PSOE en declaraciones al diario El Mundo.

El PP enmarcaba aquellos votos en la necesidad de buscar apoyos internacionales frente al procés, algo que no se entendía en todas las esferas, cuando precisamente el argumento del independentismo es que España era una especie de dictadura o democracia con grandes debilidades: "Nos tapamos la nariz y se vota, es política", explicaba una fuente parlamentaria al citado medio. Ahora, el PP exige mano dura con Cuba.

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