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El consumo de carne y el sacrificio de animales en España se hunden por el coronavirus

El sector cárnico enfrenta una profunda crisis ante la bajada de demanda: los productores adoptan medidas para garantizar su supervivencia.

El consumo de carne y el sacrificio de animales en España se hunden por el coronavirus

No son buenos tiempos para dedicarse a la ganadería. Esa es la conclusión que se puede extraer de los datos del consumo de carne que se están experimentando durante la actual crisis del coronavirus.

Mientras que algunos productos frescos como la fruta o la verdura mantienen precios estables o incluso en incremento (entre ellos, el pimiento verde); la carne se enfrenta a la incertidumbre con una bajada en la demanda considerable.

Sin datos oficiales, el sector calcula una caída del vacuno de entre el 20% y el 30%; mientras que en el ovino llega hasta el 60% y el 70%. El motivo: el sector de la restauración, entre ellos las cadenas de comida rápida pero también los restaurantes, han dejado de levantar el teléfono.

El cordero, por ejemplo, se ha desplomado fuertemente. Era un producto muy demandado entre los restaurantes, pero no encuentra tantos aficionados entre los que se quedan en casa. Y, aún menos, cuando la población empieza a apostar por el pollo y el cerdo porque resultan más baratos.

El sector cárnico ha entrado en crisis como consecuencia de la paralización de la economía
"El sector cárnico ha entrado en crisis como consecuencia de la paralización de la economía"

En cuanto a la ternera, la situación es distinta. El sector de la comida rápida era un cliente muy importante, que ahora se ha esfumado prácticamente al completo. Por ejemplo, Mcdonald's ni siquiera está operando en España y Burger King lo hace prácticamente por imperativo legal, porque la justicia anuló el ERTE total que preparaba para todos sus empleados.

Con esta situación y ante la incertidumbre que se espera, hay poca esperanza en el sector. Se esperan bajadas de precios, mientras que las matanzas descienden y los ganaderos consideran que van a tener dificultades para cuidar a los animales de sus granjas.

Algunas medidas con las que el sector espera garantizar su supervivencia

Con todo, el sector cárnico cree que no se volverán a registrar datos positivos hasta después del verano, puesto que la gente tendrá reticencias a acudir a los restaurantes al poco de sobrepasar la actual crisis sanitaria.

La esperanza se halla en el mercado exterior. El Ramadán empieza el próximo 24 de abril, cuando los ganaderos confían en que la exportación del cordero siga permitida para vender al mercado musulmán. También se espera un aumento próximo de la demanda en Italia, ahora el país más afectado por esta crisis, donde los productores ponen el objetivo a medio plazo.

Mientras tanto, la producción pasa por el mismo destino que el resto de España: el confinamiento. Los productores calculan que, cuando no haya otra alternativa, habrá que recurrir al sacrificio y congelar inmediatamente la producción. Esta es la medida con la que esperan que el desplome no termine con la viabilidad del sector.

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