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Una joven anuncia el cambio de color de su piel por utilizar un jabón

En Japón, la piel blanca es la más bella y la que cumple el canon de belleza del país.

El "rey del pop", Michael Jackson, ha pasado a la historia no solo por ser un genio de la música y del baile, sino también por el proceso de tranformación al que sometió a su cuerpo: se estrechó la nariz, abultó sus pómulos, modificó la barbilla y pasó de tener la piel negra a blanca. Unas tranformaciones que afectaron considerablemente a su salud.

Lo que hizo Michael para ser blanco no es un caso único. Una chica dice haber cambiado de color de piel utilizando un jabón. Las personas no somos perfectas y siempre que nos miramos al espejo podemos encontrar defectos que no nos gustan y queremos cambiar. Incluso, las personas que se aceptan y se quieren llegarían a cambiar alguna parte de su cuerpo si tuviesen la oportunidad. No todas las personas, pero sí la mayoría. A nuestros defectos hay que quererlos, pues nos hace diferentes. Somos únicos. Pero si hay alguien que es feliz modificando su cuerpo, adelante.

Así era Erika en 2009
"Así era Erika en 2009"
Así es Erika ahora
"Así es Erika ahora"

La belleza no solo es subjetiva, sino que depende de los países, teniendo en cuenta el canon de belleza que reine. Cabe recordar que hace décadas en occidente "lo que se llevaba" no era la delgadez y la piel morena, sino lo contrario. En Japón sigue siendo así y las pieles más bellas son las blancas. Esta obsesión por seguir el canon de belleza llevó a una chica a hacer un extraño experimento que acabó dando sus frutos

Ácido kójico

Se trata de Erika Cortez, una chica con la piel oscura que hace años que comenzó a aclarar su piel al descubrir un producto que era capaz de hacerlo. Según cuenta ella personalmente, se trata de un jabón que contiene ácido kójico, un producto que proviene del hongo aspergillus oryzae.

El kójico se encuentra presente en el sake, una bebida tradicional japonesa. A finales de los años 80, un grupo de científicos descubrió que los hombres que trabajaban en las fábricas y cuyas manos estaban en contacto continuo con ella, tenían las palmas de las manos increíblemente blancas. Según descubrieron, este proceso se debía únicamente a un ingrediente: el kójico.

Por lo tanto, este jabón tiene el mismo uso. Erika lo ha estado utilizando durante años y, actualmente, su aspecto no tiene nada que ver con el de hace diez años. En concreto su piel, con un espectacular cambio que no pasa desapercibido.

Su caso ha abierto un debate sobre si un jabón es capaz de aclarar la piel a esos niveles. ¿Tú te crees su historia?

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