Robert Seman Jr. se enfrentaba al juicio por el asesinato de una niña a la que previamente había violado y a sus abuelos. Seman había provocado un incendio en la casa durante los días previos al inicio del juicio por la violación de la niña y se había tomado la justicia por su mano.
Ahora, el juzgado iba a establecer una sentencia en la que podría haber sido condenado a muerte. Sin embargo, un día antes, el acusado decidió acabar con todo. Custodiado por dos agentes de Policía, el acusado decidió aprovechar un descuido para, sin ningún tipo de complejo, arrojarse al vacío por el huevo de la escalera y perder la vida.
"Parecía que estaba en un buen estado de ánimo [...] Estaba hablando del futuro de su juicio y entonces decidió saltar", ha argumentado el sheriff de Youngstown, Jerry Greene. El caso había tenido un alto impacto mediático, un argumento que utilizó su defensa para asegurar que "el juicio no podía ser justo".