La falta de pruebas PCR durante los primeros meses de la pandemia, la gran cantidad de personas asintomáticas y las reticencias en algunos centros de salud a valorar diagnósticos pueden llevar a dudar si hemos pasado la Covid-19 en algún momento concreto.
La prueba más fiable en estos momentos para conocer si hemos desarrollado anticuerpos en el pasado es la serología, una muestra de sangre que analiza el estado concreto de la infección, si procede o, dado el caso, si ha habido inmunización tras superar la enfermedad.
Esta es la manera más fiable. Sin embargo, podemos atender a algunos de los síntomas más característicos de la enfermedad que quizás pasamos por alto en su día y que fueron propios de un coronavirus como el actual.
La mayoría de los cuadros se prsentan con síntomas de intensidad leve o moderada y se recuperan sin necesidad de hospitalización. Es posible que hayas sido asintomático, pero hayas pasado algún síntoma que pasaste desapercibido en su momento.
Los más habituales son los siguiente: fiebre, tos seca (siempre seca, recuerda) y un cansancio generalizado. Menos comunes, pero también frecuentes, son los siguientes: molestias y dolores, dolor de garganta, diarrea, conjuntivitis, dolor de cabeza, pérdida del sentido del olfato o del gusto, erupciones cutáneas o pérdida del color en los dedos de las manos o los pies.
Estos síntomas no siempre se producen en conjunto, sino que se pueden producir de manera aislada y pueden mostrarse en una cara leve, por ello cabe rememorar si hemos podido haber pasado alguno de ellos. También atender a nuestra situación actual.
Síntomas persistentes
Especialmente frecuente es, también, la pérdida repentina del gusto y del olfato. Algunos pacientes también refieren pérdida del cabello y otros mencionan secuelas, como un cansancio que permanece tras haber superado la enfermedad.
Ese cansancio se refiere en un 53% de los casos, incluso 60 días después de dar negativo en la PCR y puede estar relacionado con la forma en la que ha actuado nuestro sistema inmune contra el virus, por lo que conviene consultar con un especialista.
Entre esas secuelas también se encuentra una reducción de la capacidad pulmonar. Si ahora experimentamos una peor capacidad respiratoria, convendría ir al médico, ya que podemos estar sufriendo una inflamación duradera en los pulmones derivada de la Covid-19.
Esa tos seca persistente de la que hablamos anteriormente también puede convertirse en un síntoma persistente. Debe ser siempre seca, sin secrecciones como flema o moco y la tienen alrededor del 43% de las personas que han pasado el virus. En este caso, hay pacientes que continúan sufriéndola, incluso, 21 días después de haber pasado la enfermedad.
