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Pederastia en el Valle de los Caídos: dos exalumnos denuncian a seis monjes

Se desvelan casos de pederastia cometidos por los monjes del Valle de los Caídos a niños de la escalonía y del internado.

Pederastia en el Valle de los Caídos: dos exalumnos denuncian a seis monjes

El descrubrimiento de casos de pederastia dentro de la Iglesia no ha dejado de aumentar en los últimos años, con cada vez más víctimas dispuestas a denunciar. El último nos llega desde el Valle de los Caídos, en Madrid. Dos hombres denuncian presuntos abusos por parte de religiosos en los años en los que estuvieron internados en la residencia cuando eran niños.

Las dos víctimas cuentan lo ocurrido en el diario El País, que desde 2018 tiene abierta una investigación contra los casos de abuso de menores dentro de la Iglesia. Antonio Arévalo González y José G. vivieron en Cuelgamuros durante dos y tres años respectivamente. Ambos eran niños en el momento de los abusos, ninguno superaba los 15 años de edad.

Gracias a la aprobación por parte del Congreso de la creación de la comisión sobre la pederastia en la Iglesia Católica, Jose G. ya ha podido denunciar a través de ella su caso. Por su parte, Antonio tiene su denuncia en trámites. "Tengo 72 años, y la verdad es que he vivido toda mi vida con esto. Tras ver cómo iban saliendo casos de abusos a la luz, llegó un momento en que dije: yo tengo que participar en esto. Quiero contar los abusos que se cometían allí. Yo tuve las primeras experiencias sexuales a los diez años con los monjes", confiesa Antonio

Las dos víctimas llegaron allí enviados por sus familias, ambas republicanas, con la idea de que recibieran educación en la escalonía, el coro de la Abadía del Valle de los Caídos. Los dos cantaban bien y, tras la guerra, era uno de los pocos sitios donde escolarizarse. Son los religiosos miembros de esa escalonía los acusados de estos abusos. Antonio identifica personalmente a dos abusadores directos y, a parte, identifica a otros tres gracias a lo qué el mismo observó o por lo que le contaban algunos de sus compañeros, también víctimas.

Nos daba una copita y luego abusaba de nosotros

El primero de los señalados es Albino Ortega, quien moriría en 1980. Este monje poseía una destilería dentro del monasterio, a donde llevaba a los niños para que probaran una de las bebidas alcohólicas que fabricaba. "En el área oeste tenía una destilería. Llevaba a los niños allí. Me acuerdo del sabor dulzón del licor. Nos daba una copita y luego abusaba de nosotros", recuerda. Este también era su monje confesor. "Te ponía la mano sobre el hombro y te empezaba a tocar. Te tocaba los genitales por encima de la ropa y te cogía la mano y se lo llevaba a los suyos. Era un pederasta". Señala además a L.S.B., a J.A.G., al hermano F. y a otro del cual no recuerda el nombre, solo el apodo 'La Oveja'.

Otro de los señalados, esta vez por José G., es otro de los monjes, T.B. Este religioso, el vigilante del internado, sigue vivo y reside en Madrid. "Era uno de nuestros vigilantes. Con la excusa de que me gustaban los sellos me llevó a su celda a enseñarme su colección, y allí me bajó la bragueta y empezó a toquetearme", comenta. "Me dijo que no dijera nada a mis padres. Pero yo no fui el único. Era un internado donde estabas a su merced, lejos de tu familia". El autor de este reportaje ha contactado con el religioso y niega los hechos.

La Iglesia no se pronuncia

La orden de los benedictinos no se pronuncia sobre estos hechos. "Todo lo referente al Valle lo lleva Dios, y como hay una realidad trascendente, nosotros no nos preocupamos, y como Él lleva las riendas de la Historia, dejamos a Él que lo resuelva. Comprendemos que los periodistas tienen su trabajo, pero hemos tomado la decisión de dejarlo todo a la Providencia divina", comenta uno de los monjes. La Iglesia, a la que le ha llegado esta información hace más de un año y medio, sigue sin dar noticias.

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