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El origen de las placas de "Asegurada de Incendios" que todavía conservan muchos edificios

La historia de esta placa se remonta a Londres, aunque a España llegaron más tarde. Consiguieron además propiciar la creación del cuerpo de bomberos.

El origen de las placas de "Asegurada de Incendios" que todavía conservan muchos edificios

Andar por el centro de Madrid o por cualquier casco histórico de la mayor parte de ciudades significa apreciar en las fachadas el lema "Asegurada de incendios". Placas que, con solo verlas, nos transportan a tiempos pasados.

Tan pasados que su origen en España se remonta al siglo XIX, cuando Don Manuel María de Goyri fundó la Sociedad de Seguros Mutuos de Incendios de Casas de Madrid.

Sin embargo, no fue el primero en inventarlo: para hablar acerca de los inicios de estas placas debemos remontarnos al año 1666 y situarnos en Londres. Un Londres que había perdido más de 13.000 casas e importantes edificios, como la Catedral de San Pablo, a causa de un fuego.

El incendio, conocido como Great Fire of London, fue asolador
"El incendio, conocido como Great Fire of London, fue asolador"

El incendio, devastador, se había originado en una panadería y fue propagándose a través de las casas, hechas principalmente de madera. Duró tres días y tres noches, ya que la ciudad no contaba con ningún tipo de profesionales que fueran capaces de apagar las llamas.

En aquel momento, Nicholas Barbon decidió crear la primera oficina especializada en seguros de incendios en casas y edificios, The Fire Office. Y no solo eso: comenzó a contar además con un grupo especializado que acudía a los edificios incendiados que pertenecían a su compañía.

Precisamente por ello, decidió colocar placas de plomo y cerámica con la insignia de su aseguradora, un ave fénix, para poder identificarlos.

Su historia en España

Como bien hemos adelantado, las ahora emblemáticas placas comenzaron a verse en Madrid y, además, contaron con una novedad: añadieron "Asegurada de incendios" en ellas en lugar de la insignia de la compañía.

Asimismo, comenzaron a estar también fabricadas de hierro, cobre y estaño, y se crearon diversos diseños dependiendo de cada aseguradora, ya que servían también como reclamo publicitario.

En aquel momento, los incendios eran comunes y en Madrid llegaron a darse grandes destrozos, como el del Real Alcázar en 1734 o el de la Plaza Mayor en 1790. El hecho de que muchas viviendas tuvieran los esqueletos hechos de madera más la ausencia de un cuerpo de bomberos eficaz, propiciaba las tragedias. Además, algunas casas desaparecieron tras el fuego y dejaron a diversos ciudadanos en la calle, sin seguro alguno que les respaldara.

Reglamento de las aseguradoras de Valladolid
"Reglamento de las aseguradoras de Valladolid"

En la segunda mitad del siglo XIX, según el libro 'Historia del seguro en España', comenzaron a proliferar estas compañías, a la vez que lo hicieron las asociaciones mutuas de seguros contra incendios, constituidas por los propios propietarios.

Sin embargo, estas últimas no contaban con un equipo de extinción como las aseguradoras, por lo que comenzaron a acordar con los ayuntamientos diversas formulas para sufragar y organizar los servicios, lo que provocó la creación de los bomberos municipales.

En Madrid el cuerpo de bomberos se profesionalizó en 1894, mientras que en otros lugares, como Zaragoza, en 1931. Con su creación comenzaron a desaparecer aquellos equipos de las aseguradoras, por lo que también dejaron de colocarse nuevas placas.

Las placas conservadas

A día de hoy se conservan muchas de aquellas placas madrileñas, por la protección del casco histórico y porque al ser la capital había más población, más posibilidad de propagación del fuego y mayor poder adquisitivo para contratar aquellos seguros. 

Laura Arribas, una arquitecta de interiores especialmente interesada en el patrimonio gráfico urbano decidió fotografiar cada una de ellas y coleccionarlas en una cuenta específica de Instagram: asegurada.de.incendios.

"Me sorprendió que a nadie se le hubiese ocurrido recopilar estas placas que pueden verse en casi todos los edificios del centro de Madrid", relató Arribas a Verne. La arquitecta cuenta con casi 150 publicaciones de diferentes edificios de la capital y ha conseguido que otros usuarios se sumen a fotografiar estas placas.

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