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El desplome de Tesla: se hunde un 71% en plena crisis por la deriva política de Elon Musk

El activismo de Elon Musk pasa factura a Tesla, que cierra el trimestre con ventas en caída, márgenes deteriorados y sin previsiones claras para 2025.

El desplome de Tesla: se hunde un 71% en plena crisis por la deriva política de Elon Musk

Tesla arranca 2025 con uno de los trimestres más complicados de su historia reciente. La compañía de coches eléctricos ha registrado un hundimiento del 71% en su beneficio neto respecto al mismo periodo del año anterior, situándolo en 409 millones de dólares.

La cifra se aleja no solo de las expectativas del mercado, sino también de su línea habitual de crecimiento. El deterioro de las cuentas coincide con un entorno de creciente desgaste reputacional vinculado a la imagen pública de su CEO, Elon Musk.

Los problemas de imagen del dueño de Tesla

El fundador de Tesla, que se ha convertido en uno de los principales rostros visibles del nuevo gobierno de Donald Trump, ha asumido un papel político de primer orden al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), impulsando recortes masivos en la administración pública. Su activismo ha generado rechazo entre buena parte de la opinión pública, provocando protestas, llamamientos al boicot y un goteo constante de titulares que han empañado el valor de la marca.

La empresa admite, sin citarlo directamente, que esta posición ideológica ha impactado en la demanda. En su informe financiero se alerta de que el "cambio en el sentimiento político" puede afectar de forma significativa al comportamiento de los consumidores en el corto plazo. Las ventas de vehículos cayeron un 13%, hasta 336.681 unidades, lo que también obligó a Tesla a ajustar precios a la baja para intentar sostener el volumen.

Cybertruck de Tesla
Cybertruck de Tesla CC

El desplome en el negocio de automóviles, un 20% menos de ingresos que el año anterior, no ha sido compensado por el resto de divisiones. Aun así, destacan dos pilares que han amortiguado el golpe: el negocio de almacenamiento de energía, que creció un 37% en ingresos (2.730 millones), y la venta de créditos de emisiones de CO?, que reportó 595 millones.

El avance de la competencia

La competencia, por su parte, no ha dado tregua. La china BYD ha superado a Tesla en volumen de ventas y avanza con tecnologías de carga ultrarrápida. En Europa, varios fabricantes han lanzado modelos eléctricos con prestaciones avanzadas, coincidiendo con un rechazo creciente hacia Musk por sus vínculos con la ultraderecha.

Tesla también enfrenta críticas por su lentitud en renovar su catálogo. El esperado modelo más económico sigue sin fecha concreta, pese a las promesas reiteradas. El grupo asegura ahora que comenzará su producción en la primera mitad de 2025. Mientras tanto, confía en el futuro de sus robotaxis y del proyecto Optimus, su robot humanoide.

Con una caída del 37% en bolsa en lo que va de año y sin previsiones oficiales de ventas a corto plazo, el futuro inmediato de Tesla queda supeditado a dos incógnitas: la evolución política de su CEO y su capacidad real de innovar más allá del discurso.

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