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Los ataques budistas contra musulmanes desatan el estado de emergencia en Sri Lanka

Durante estas semanas se han producido numerosos disturbios entre musulmanes y budistas en la ciudad de Kandy.

Sri Lanka declara el estado de emergencia. El país asiático se ha visto obligado a tomar esta decisión tras la creciente tensión entre budistas y musulmanes, que ha dejado varios muertos y numerosos edificios musulmanes destruidos. El suceso que ha desencadenado la crisis se produjo el lunes, cuando un cingalés (etnia mayoritaria de la región, con un 75%) falleció en una trifulca con varios musulmanes, que constituyen un 10% de la población del país, cerca de la ciudad de Kandy.

Tras el entierro, la respuesta por parte de los budistas no se hizo esperar. Amparados por monjes pertenecientes a grupos nacionalistas radicales, los cingaleses arrasaron todos los establecimientos y viviendas musulmanas por los que pasaban, incluida una mezquita. Un musulmán fue hallado muerto entre los escombros de un edificio, y un cingalés falleció al explotar prematuramente la granada que llevaba en su mano. 

Las trágicas imágenes forzaron al Gobierno a intervenir, instaurando el estado de emergencia en toda la región y enviando al Ejército a la calle para frenar los disturbios. No obstante, los musulmanes de la zona denuncian la inoperancia de las fuerzas armadas para prevenir los ataques budistas. En Kandy, decenas de budistas se han saltado el toque de queda estos días y han proseguido la quema de locales musulmanes, sin apenas oposición por parte de las Fuerzas Especiales (STF).

Muchos musulmanes han perdido su hogar, y temen una masacre durante los próximos viernes de oración, cuando se reúne toda la comunidad. El Gobierno de Sri Lanka, por su parte, ha bloqueado el acceso a Internet de sus ciudadanos estos días para frenar "todos los mensajes de incitación al odio religioso a través de las redes sociales".

El conflicto étnico, una constante en Sri Lanka

Estos ataques no pertenecen a un caso aislado. De hecho, han sido numerosos los enfrentamientos entre budistas y musulmanes en Sri Lanka durante la última década. En 2014, las revueltas auspiciadas por el grupo ultranacionalista Bodu Bala Sena dejaron un balance de cuatro muertos y dieciséis heridos, y la destrucción de numerosos edificios musulmanes, una circunstancia similar a la actual. 

Sri Lanka lleva una semana sumida en el caos
"Sri Lanka lleva una semana sumida en el caos"

El año pasado, la islamofobia aumentó considerablemente. Primero, con la manifestación violenta de extremistas budistas por la llegada al país de 31 refugiados rohinyás (Birmania Occidental). Meses después, se repitieron incidentes contra los musulmanes, lo que obligó al Gobierno a establecer 'comités de reconciliación', sin demasiado éxito.

Sri Lanka sufrió una cruenta guerra civil durante prácticamente tres décadas, después de que en 1983 se iniciaran las hostilidades entre cingaleses y tamiles, etnia minoritaria de la región y que cayeron derrotados en 2009. Se estima que entre 80.000 y 100.000 personas perdieron la vida en el conflicto. Por temor a nuevos enfrentamientos, el estado de emergencia no se levantó hasta 2011. Siete años después, vuelve a estar en vigor.

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