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¿Este verano van a abrir las piscinas? ¿Podremos disfrutar de unas vacaciones en la playa?

El verano se encuentra al caer y empieza a surgir una pregunta entre la población: ¿van a abrir las piscinas y las playas este verano?.

¿Este verano van a abrir las piscinas? ¿Podremos disfrutar de unas vacaciones en la playa?

La crisis del coronavirus ha provocado el confinamiento de la población y la paralización prácticamente total de la economía. Uno de los sectores claves en nuestro país, el turismo, ya ha dado por perdida la actual campaña de Semana Santa.

Sin embargo, todavía queda una duda: ¿Qué sucederá durante este verano? ¿Podremos bañarnos en las piscinas como todos los años o nos esperan tres meses agarrados al abanico, ventilador o, los más afortunados, aire acondicionado?

Todavía es pronto para dar una respuesta definitiva. Sobre todo ante la incertidumbre que existe sobre el desarrollo que la pandemia experimentará durante los próximos meses y cómo progresará la curva. También hay cautela: el temor de que una salida masiva a la calle suponga un nuevo brote y una vuelta a empezar pesa sobre cualquier decisión, por lo que cada movimiento se está estudiando al milímetro.

Pero sí hay datos que indican algunos de los escenarios a los que nos podemos enfrentar durante este verano con una pequeña esperanza, dentro de la situación en la que nos encontramos: el calor, como parece indicar, disminuye potencialmente la capacidad de contagio del virus.

Las piscinas sí podrían abrir este verano

La apertura de piscina sí se contempla todavía, aunque se plantean restricciones
"La apertura de piscina sí se contempla todavía, aunque se plantean restricciones"

La apertura de las piscinas se espera con cautela. Junto con el aumento de las temperaturas, la capacidad desinfectante del cloro permite reducir considerablemente los contagios en el agua. El problema, eso sí, vuelve a las concentraciones: si hay apertura, todo indica que los aforos serán limitados y que habrá que madrugar para conseguir un acceso para darse un chapuzón, en el caso de que no se vendan entradas con turnos limitados.

El aforo, por tanto, sería restringido, así como las actividades que se pueden realizar en las instalaciones. Todavía no hay nada decidido y algunos Ayuntamientos, como el de Madrid o el de Vitoria, se han limitado a posponer indefinidamente el calendario de apertura a la espera de comprobar cómo avanzan las circunstancias.

Por el momento, se prevé que el estado de alarma dure hasta mediados del mes de mayo, para luego pasar a un escenario de apertura de activdades de manera escalonada. Por ello, quizás, las piscinas podrían empezar a abrir a mediados de junio o incluso ya entrados en el mes de julio. Eso sí: si finalmente se deciden abrirse.

El baño en la playa

El ba´ño en las playas también se contempla por el momento para este verano, aunque se buscan restricciones para contener el coronavirus
"El ba´ño en las playas también se contempla por el momento para este verano, aunque se buscan restricciones para contener el coronavirus"

En cuanto a las playas, el control parece más complicado, aunque queda la posibilidad de restringir formalmente el baño a puntos concretos en los que las autoridades puedan distribuir el aforo para evitar grandes concentraciones de bañistas.

Nuevamente, el agua del mar no supone un peligro para el contagio. Es decir, meterse en el agua no implica correr el riesgo de que el Covid-19 empiece a surcar los mares desde un infectado asintomático hasta conquistar nuestro organismo. Sí que hay peligro, eso sí, si hay contacto de la saliva a través del aire, es decir, si estamos demasiado cerca de una persona con la enfermedad.

En este caso, podría contemplarse el uso obligatorio de mascarillas. ¿Será así? No hay certificación, aunque en este escenario no parece descabellado pensar en que vamos a llegar a septiembre con una nueva marca que sumar a nuestro bronceado... en nuestro mismo rostro. A pesar de todo, quedan dudas, puesto que algunos países como Italia sí plantean más restricciones en este sentido...

En cuanto a los chiringuitos de playa, en principio no hay riesgo de contagio si utilizamos utensilios como vasos, cubiertos o platos que hayan sido previamente lavados. El problema se encuentra en la concentración de personas, algo que podría gestionarse con aforos limitados, primando la terraza para que el patógeno tenga menor concentración al encontrarnos en ambientes abiertos y con una distancia señalada entre mesas. Eso sí, esto supone un problema para los negocios, que tendrían que ver si les compensa mantener su actividad con una capacidad de absorber a una clientela considerablemente reducida.

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