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Política

La razón por la que Estados Unidos no cuenta la verdad sobre el asesinato de Kennedy

La documentación que la CIA y el FBI mantiene en secreto podría atacar directamente a personalidades relevantes de la política.

La historia de la presidencia de Estados Unidos está manchada no sólo por su imperialismo, sino también por el asesinato de cuatro de los mandatarios que han gobernado la primera potencia mundial desde su independencia en 1776. El primero de los asesinados fue Abraham Lincoln, le siguió James A. Garfield, William McKinley y John F. Kennedy.

Sin duda, el asesinato de Kennedy es el más conocido porque la época es más cercana y porque contábamos con la televisión, que se encargó de retransmitir lo que pasó la mañana del 22 de noviembre de 1963. Aunque hayan pasado 55 años, la autoría del asesinato se encuentra en entredicho: tan solo hay un sospechoso, Lee Harvey Oswald, cuya implicación no pudo ser demostrada.

Los documentos secretos que tratan sobre este asesinato no serán revelados hasta 2021 y los motivos, según el escritor español Julio Holgado, podrían deberse a que la sociedad estadounidense dejaría de creer en su nación. 

Las palabras de Holgado no son gratuitas. El escritor conoce bien la historia de Estados Unidos y se ha atrevido a publicar un libro en el que relaciona los cuatro asesinatos de los presidentes norteamericanos: 'Los cazadores siempre son invisibles'. 

El asesino 'oficial' admiraba a Kennedy

Para el escritor, resulta lógico que la sociedad estadounidense piense que "hay algo más", ya que él mismo considera que existen hechos que no nos han contado. "Se trata del crimen sin resolver más conocido de todos los tiempos, así como el único del que existen dos versiones oficiales. La primera de ellas es la de la Comisión Warren, que resulta una gran torpeza por lo que creó ahondando en los misterios y contradicciones de lo que sucedió realmente", explica en una entrevista a la revista GQ. Además, debemos tener en cuenta el asesinato del supuesto autor de los hechos "a sangre fría delante de las cámaras" y a pesar de que era una de las personas más vigiladas del mundo,

El asesino oficial (aún sin pruebas concluyentes) es el exmarine Lee Harvey Oswald, a quien Holgado ha estudiado en profundidad para poder escribir su novela y explica que este es "el gran héroe y el gran villano del siglo XX". Algunos historiadores aseguran que Oswald fue un desertor del ejército norteamericano y que entrenó con la Unión Soviética para atacar a su propio país, mientras que para Holgado "fue alguien obsesionado con alcanzar la fama a cualquier precio, por terrible que fuese". Eso sí, recuerda que Oswald "consiguió lograr grandes cosas" y que sus protagonistas acaban admirándolo de alguna manera. 

Lee Harvey Oswald
"Lee Harvey Oswald"

Lo que suscita que se incrementen las teorías cospiranoicas es que el propio Oswald, según el escritor, es que Kennedy fue el candidato más progresista y avanzado socialmente de la época que llegó a la Casa Blanca y que por este motivo su asesino 'oficial' podía sentir cierta "empatía" hacia este. Tampoco se olvida de mencionar a las personalidades políticas que ganaban con la desaparición del presidente demócrata: "Lyndon B. Jhonson asumió la presidencia de inmediato y fue el responsable de aumentar la presencia del ejército estadounidense en la Guerra de Vietnam". 

Todos pierden

Con tantas leyendas por el camino, resulta imposible imaginar que Trump opte por desempolvar los documentos secretos de este caso; ya que aunque el presidente se colgarse una medalla, la presión del FBI y de la CIA tiene mucho peso. Y es que al parecer, cuenta Holgado, estos documentos "podrían manchar la reputación de personas que aún viven, entre las que destacaría George H.W. Bush y por supuesto dejaría en muy mal lugar al Gobierno estadounidense". 

"Si finalmente algún día nos mostrasen dichos escritos yo apostaría más por datos anecdóticos o información sobre las maniobras sucias de la CIA, que no olvidemos también podrían manchar el nombre de muchas personas relevantes", comenta Holgado. Sin embargo, este se muestra poco esperanzador y dice ser realista: "Estados Unidos podría demostrar ser realmente la democracia más avanzada del planeta , pero la confimación de alguna teoría extraoficial podría suponer la culpabilidad colectiva. Nadie tiene nada que ganar con una revelación de esta magnitud", sentencia. 

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