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Preocupación por el estado de salud de Iñaki Urdangarin en la cárcel

Los estudios psiquiátricos realizados sobre el preso revelan que sus condiciones psicológicas no son buenas.

El pasado lunes 18 a las 7:30 de la mañana Iñaki Urdangarin entraba en la prisión de Brieva (Ávila), donde deberá cumplir 5 años y 10 meses de cárcel por su participación en el caso Nóos. Ya han transcurrido unos días desde entonces, y las primeras informaciones que han trascendido sobre el que fuera Duque de Palma no son demasiado positivas: su estado de salud es muy frágil.

Así lo asegura el psiquiatra de Instituciones Penitenciarias. Tal y como apunta Periodista Digital, los resultados del análisis que le hicieron al entrar en prisión desvelaron un problema psicológico grave. Además, su situación de exclusividad en la cárcel ha agravado el problema, ya que está solo todo el día y no cuenta con la figura del 'preso de confianza' que pueda ayudarle a levantarse anímicamente. 

Sin embargo, Urdangarín no parece demasiado preocupado por la soledad. Es más, el profesional de la cárcel que le trata considera que podría estar desarrollando la antrofobia, el miedo a la gente, dado que su popularidad ha caído en picado a ojos de la opinión pública y teme que todos con los que se rodea le insulten o increpen. 

Por ello, durante los dos primeros meses visitará de manera diaria al psicólogo de la prisión, para tener controlado al nuevo reo y evitar males mayores. Cuando se cumpla ese plazo se valorarán los progresos, por lo que no se descarta que siga con el tratamiento.

Urdangarin podría haber desarrollado un pánico a la gente
"Urdangarin podría haber desarrollado un pánico a la gente"

La fe, el gran soporte de Urdangarin en Brieva

Según el personal del centro, es la profunda fe religiosa la que mantiene en pie al exjugador de balonmano estos primeros días. Entró a la cárcel con un rosario y con una imagen de la Virgen Blanca, patrona de Vitoria, y lo primero que preguntó fue el horario de las misas. 

Estas se celebran cada domingo a cargo del jesuita José María Fernández Martos. Sin embargo, al ser una prisión de mujeres y encontrarse la capilla en este módulo, el cuñado de Felipe VI no tiene permitida la entrada. La solución pasa porque el padre José María acuda a su celda, algo a lo que ya ha accedido.

Esta ha sido la única alegría de Urdangarin en estos días. Dado su estado de ánimo y el difícil momento psicológico por el que atraviesa, su familia se ha planteado sacarle de Brieva y enviarle a la cárcel de Zaballa, en Álava, provincia en la que residen parientes cercanos con los podría sentirse más arropado.

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