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Ciencia

¿Por qué pasa el tiempo más rápido cuando crecemos?

Cuando el ser humano llega a la adultez tiene la impresión de que el tiempo pasa más rápido que cuando era niño: esta es la explicación.

Con el trascurrir de los años es bastante habitual que una persona escuche en palabras de otra frases como "Buff, ya es mi cumpleaños de nuevo" o "Año nuevo ya y no me he enterado de este". Son frases típicas que demuestran que según nos hacemos mayores.

Con el devenir del tiempo, parece que éste pasa más rápido que cuando éramos niños. El ejemplo más claro de esta situación lo podemos comprobar con las míticas vacaciones de verano: parecían eternas, ahora no tanto.

Sin embargo, esta percepción tiene una base científica. Para ello, un grupo de biólogos e investigadores han realizado un estudio para tratar de explicar este fenómeno que se da en la mayor parte de la población.

Factor de vida

La primera explicación está en el factor de tiempo de vida, es decir, si en la niñez por ejemplo tendríamos 4 años al cumplir los 5 años se trata en términos matemáticos de de valorar un periodo que se corresponde a un quinto de nuestra vida. Por el contrario, si cumplimos 30 años ahí pasaríamos a un treintavo de vida.

Con el paso del tiempo, un año deja de ser tan importante por el bagaje de tiempo vivido lo que da la impresión de que el tiempo pasa más deprisa, aunque no sea así. Claudia Hammond, investigadora del estudio, añade más información al respecto diciendo que "todavía parece que los días pasan a una velocidad promedio, pero nos sorprendemos cuando los marcadores de tiempo indican cuántos meses y años han pasado o cuán rápido vuelven los cumpleaños".

Hacer actividades hará que tengamos percepción de mayor de tiempo vivido
"Hacer actividades hará que tengamos percepción de mayor de tiempo vivido"

Unido a este bagaje también es importante en esta sensación del paso del tiempo la colección de recuerdos que el individuo posee. Cuanta más vida tenga la persona más recuerdos tendrá en su haber y esto también va unido en que las actividades especiales quedan más centradas en la edad temprana cuando todo es nuevo.

Según se cumplen años, la rutina se hace patente. Por ello, cuando pasa un período de un año, las experiencias nuevas son más escasas. Todo ello produce que los recuerdos también lo sean, lo que influye en la percepción del tiempo: el tiempo pasa más rápido por la escasez de nuevos recuerdos.

No obstante, y por extraño que parezca cuando lo pasamos bien el tiempo pasa más despacio. Una creencia que contradice la idea generalizada de que,  cuando uno se divierte, pasa el tiempo volando.

En un fin de semana lleno de actividades y nuevas experiencias, esos dos días parecerá más largo que aquel en el que pueda dedicarse a un sedentarismo casero. Hammond añade esta explicación "La razón de esto es, en parte, que cuando nos hacemos mayores la vida, inevitablemente, nos brinda menos experiencias nuevas y más rutinas. Debido a que usamos la cantidad de recuerdos nuevos que formamos para medir cuánto tiempo ha pasado, una semana promedio que no ocupa un lugar importante en la memoria hace que parezca que el tiempo ha pasado más rápido".

Más actividades nuevas, mayor percepción de tiempo vivido

La realización de nuevas actividades aumenta la percepción del tiempo vivido
"La realización de nuevas actividades aumenta la percepción del tiempo vivido"

La conclusión del estudio es bastante clara: cuantas más experiencias vivamos más tiempo de vida tendremos como percepción. 'Alargar' esa sensación se basa en tener nuevas actividades que hagan que el tiempo parezca que pasa más despacio y que al final del día se tenga la percepción de que ha cundido mucho más que otro.

Además, el ser humano también tiene un conocimiento de que el tiempo de vida es limitado lo que ayuda mucho a que asuma más riesgos y experiencias. De ese modo sentimos que el tiempo pasa más lento.

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