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Indemnizado con 17.860 euros por los trastornos de los ladridos de los perros de sus vecinos

Después de soportar durante más de diez años los ladridos de los perros de los vecinos la justicia falla a su favor.

Indemnizado con 17.860 euros por los trastornos de los ladridos de los perros de sus vecinos

Increíble, pero cierto. Unos ladridos le cuestan más de 10.000 euros a sus propietarios. Este curioso hecho ha sucedido en la localidad granadina de Láchar, donde un vecino ha estado batallando durante mucho tiempo para que le diesen finalmente la razón y condenaran a los dueños de los perros a indemnizarle por "la prolongada exposición a los ruidos de los perros".

La parte demandante, J.C, recibirá 11.860 euros tras sufrir una depresión y abandonar su hogar por los ladridos de los perros que residían en dos viviendas que estaban cerca de la suya. El indemnizado, llegó a coger la baja por sufrir varios episodios de crisis de ansiedad, algo que le perjudicaba gravemente a su rutina.

El lachareño ha hablado con 20 minutos, y ha comentado que su situación no era la habitual. El ciudadano trabajaba por la noche, por lo que tenía que intentar dormir durante el transcurso del día, instante en el que los perros, que se encontraban en un lugar que potenciaba el eco, aprovechaban para ladrar y así perjudicar su descanso. El demandante no era el único que tuvo que recibir atención sanitaria, siendo la esposa del mismo quien tuvo que ser atendida por un fuerte dolor de cabeza al contar con falta de descanso.

Varios tribunales ratifican la sentencia,

En las últimas semanas, la Sección Cuarta de la Audiencia de Granada invocando "al derecho de ser dejado en paz" del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), ha dado la razón a J.C., incrementando la indemnización que fue fijada por el juzgado de Primera Instancia de Santa Fe en junio de 2021 de 2.500 a 11.860 euros. En la sentencia del 2021, se solicitó a desplazar a las mascotas de la vivienda, con la intención de que sean trasladados a "otro lugar apropiado donde no causen molestias".

El granadino tuvo que mudarse de domicilio, con la esperanza de mejorar sus condiciones de salud, algo que recordaban ambos tribunales, admitiendo que J.C. ha "superado el trastorno diagnosticado y ha podido incorporarse a su trabajo habitual". El damnificado, con la intención de que fallasen a su favor, diversos peritos acústicos acudieron a su vivienda junto a una notaría para comprobar que los ladridos eran constantes. Estos datos se complementaron con la instalación de una cámara que durante las 24 horas grabó lo que sucedía en el interior de su domicilio y fuera de él, donde los ladridos "han sido constantes de día y/o de noche", fallaba la sala.

10 años de calvario

Los problemas con los ladridos de los perros de los vecinos comenzó en 2012, recuerda J.C., que recuerda que su intención no era llegar a la vía judicial e intentó alcanzar un acuerdo con los propietarios, llegando a realizar un acto de conciliación que no llegó a buen puerto. Por ello, el demandante apostó por demandar a los vecinos en 2019, fallando a su favor en 2021. Actualmente, el lachareño ha podido regresar a su hogar, gracias a que los perros cambiaron su lugar de residencia, algo que comportó malas relaciones con sus vecinos.

Se trata de una sentencia que siembra precedente, donde los problemas de salud y psicológicos ocasionados por unas "inocentes" mascotas han provocado cambios importantes en los inquilinos. La libertad individual es primordial y no se tiene que ver alterada por ningún elemento externo, según la justicia española.

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