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La estrategia de Pedro Sánchez para agotar la legislatura y garantizar una victoria de izquierdas en 2023

El PSOE busca vías para impulsar el espectro progresista en un momento en el que la mayoría de encuestas dan la victoria al PP.

La estrategia de Pedro Sánchez para agotar la legislatura y garantizar una victoria de izquierdas en 2023

El PSOE vislumbra la perspectiva electoral con preocupación, en un momento en el que la mayoría de las encuestas dan la victoria al PP y pronostican la posibilidad de gobernar con el apoyo de VOX. Los socialistas se encuentran en un momento de cambio con el objetivo de resituarse ante el próximo ciclo electoral.

Los Presupuestos que se elaboran podrían ser los últimos de la legislatura. En 2022 se esperan las elecciones andaluzas y, posiblemente, también en la Comunidad Valenciana y con las generales a la vuelta de la esquina se prevé que el resto de actores políticos endurezcan sus posiciones con el objetivo de marcar su propio perfil.

Todo ello se suma a las intenciones del PSOE de distanciarse de los partidos independentistas, en especial de ERC, que ahora sostienen al Ejecutivo en el Palacio de La Moncloa. El giro al centro y la socialdemocracia que se mostró en el cierre del 40º Congreso del PSOE es el puntal de la estrategia.

El PSOE ve difícil crecer electoralmente a la izquierda, en un momento en el que este espacio se está reorganizando con el 'frente amplio' que está construyendo la vicepresidenta Yolanda Díaz. Además, si finalmente consigue realizar este proceso de manera satisfactoria, permitiría unificar estas sensibilidades bajo una sigla y ampliar el espacio progresista, teniendo en cuenta que Unidas Podemos o el partido que surja seguirá siendo, a todas luces, imprescindible para garantizar un gobierno de izquierdas.

Los socialistas prevén ahora ampliar el espectro progresista mirando a su derecha, a aquellos votantes que se mueven entre el PP y el PSOE en las elecciones y el electorado huérfano que deja Ciudadanos tras su debacle electoral. Por ello, busca utilizar bazas como la recuperación económica y la moderación en formas y discurso.

Así se está mostrando con el debate sobre el futuro de la reforma laboral. Los socialistas evitan en todo momento pronunciar la palabra "derogar" que previamente habían repetido hasta la saciedad con algunas de las leyes aprobadas por el PP en el pasado. Ahora se habla de "modernización de nuestras relaciones laborales" o reformar "algunas de las cosas que se hicieron mal en 2012", sin ataques frontales al principal partido de la derecha. Además, el presidente del Gobierno se niega a cerrar un nuevo marco laboral sin contar con los empresarios.

La recuperación económica

Junto a ello, el presidente del Gobierno también refuerza el mantra de la recuperación económica. Sánchez espera revalidar contraponiendo este proceso de recuperación desde una perspectiva de izquierdas, "una recuperación justa" en sus palabras, frente a la salida de la pasada crisis con Mariano Rajoy en el Ejecutivo.

Este proceso también choca con Unidas Podemos, que reclama reformas de mayor calado que en ocasiones chocan con los postulados que actualmente defiende el PSOE. De hecho, se prevé que los morados endurezcan su discurso y beligerancia con el objetivo de marcar perfil y hacer valer su papel dentro del Gobierno.

De hecho, este escenario de mayor contundencia por parte de Podemos ya se ha visto en algunos gestos, como la ofensiva contra Meritxell Batet por expulsar a Alberto Rodríguez del Congreso o la batalla por la reforma laboral. El PSOE se prepara para este escenario y para contener la debilidad a la que pueda someter al Ejecutivo, así como su relación real con sus socios parlamentarios.

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