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María, la parricida de Godella, no podrá ser imputada por los crímenes

María Gombau mató a sus hijos, de 3 años y 5 meses, el marzo de 2019. Ahora, los especialistas han establecido que no podrá ser imputada.

María, la parricida de Godella, no podrá ser imputada por los crímenes

"Mis hijos habían perdido su alma", relató María Gombau tras asesinar a sus hijos el pasado 13 de marzo de 2019. Poco después, la detenida sufrió una crisis nerviosa en la prisión valenciana de Picassent. Tras ello, fue trasladada a una celda individual con un cristal, desde donde la vigilaban otras dos reclusas de apoyo.

En declaraciones a EFE, el presidente autonómico del área de prisiones del CSIF y responsable del sindicato en Picassent, Jorge Vilas, explicó que la interna comenzó a decir que quería ver a los niños. Huyó al patio muy nerviosa y agresiva, dando patadas y mordiscos a los funcionarios que la llevaron a aquella celda individual.

En aquel momento, fuentes de la investigación mantuvieron que la mujer sufría desequilibrio mental y tenía alucinaciones. El día del asesinato de los niños habría tenido un brote psicótico. Ahora, los doctores que la examinaron tras el crimen han establecido que es inimputable debido a sus problemas psicológicos.

Según los especialistas, Gombau padece una esquizofrenia paranoide de varios meses de evolución (antes del doble parricidio). Asimismo, tuvo un brote muy intenso en marzo de 2019, cuando se produjo el asesinato de los pequeños. En aquel momento "perdió el control de sus facultades mentales" y se produjo "una escisión de su mente". 

No hay más que ver cómo relató en los hechos: "Salí a fumar a la terraza, iba dando vueltas y de repente vi a la niña muerta. Pensé que la secta había matado a mi hija, entré en la casa y mi hijo no estaba. Entré en casa y mi hijo no estaba; le encontré en el bordillo de la piscina. Entonces, enterré a mi hijo cerca del lugar donde había aparecido muerto, en un montón de tierra que había removido una máquina el día antes, donde él solía jugar. A mi hija la enterré en otro montón de tierra removido en el lugar donde solía pasear con ella".

Su ex pareja sigue en prisión

María y Gabriel junto a los niños | Fuente: Facebook
"María y Gabriel junto a los niños | Fuente: Facebook"

María y Gabriel vivían juntos como okupas en Godella. Tras el asesinato de los niños, Gabriel también ingresó en prisión, en la que todavía continúa. "Durante toda la mañana Gabriel me acusaba de haber matado a sus hijos", explicó María en una de las entrevistas con los forenses. "Intentó asesinarme y empezamos una pelea. Comenzó a pegarme y salí corriendo, al principio me acorraló en la puerta, pero salí corriendo fuera de la casa desnuda", añadió.

De la misma manera, afirmó que en los últimos días "Gabriel era Dios" y que las conversaciones con él "eran telepáticas". También dijo que su pareja decía "cosas raras", que hacían vigilias durante la noche porque él pensaba que irían a "pincharlos" para sacarles los óvulos. "Creía que él era Jesucristo resucitado y yo María Magdalena", mantuvo. La mujer, que mató a sus hijos, Amiel, de 3 años y Rachel, de tan solo 5 meses, enviaba cartas al que era "su amado" en prisión, en una de ellas, disculpándose por lo ocurrido. 

Gabrielle, la abuela paterna de los niños, declaró a El Confidencial que incluso le decía que iban a tener más hijos y le escribía los nombres de los nuevos niños. "Mi hijo no podía aguantar aquello y solicitó que le prohibieran comunicarse con él". Gabrielle, además, dice que hay pruebas con las que se demuestra que el crimen lo cometió únicamente María, por lo que no sabe por qué su hijo continúa en prisión. "El juez ya tiene todas las pruebas que ha pedido y todas señalan a María. Ninguna a mi hijo. Es muy duro tener a alguien encerrado sin ningún indicio", declaró.

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