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Se tiran tres años hablando por Tinder y la app les regala un viaje a Hawái para que se conozcan de una vez

La 'parejita' se tiró tres años poniendo excusas para no quedar. Ahora no tienen otra alternativa posible

¡Ayyy el ligoteo online! ¿Os acordáis de aquellos tiempos en los que más de uno calificaba los chats de Terra como "un universo de salidos mentales" y hoy en día no hay teléfono móvil que se precie sin un Tinder, Grindr, Wapa, o app del momento que se precie?

El te "invito a una copa, encanto" mientras te guiñaba un ojo, se ha cambiado por un "cojo tu fotografía y la estampo contra el marco derecho del móvil para que veas que me gustas". Cosas del siglo XXI.

Pero en todo este mundo de ciberligoteo, aún queda hueco para el romanticismo, ese 'ir despacito (by Luis Fonsi & Daddy Yankee)' que tanto nos gusta y que parecía que había quedado muerto entre tanto avance tecnológico.

Este es el caso de Josh y Michelle, dos jóvenes que se conocieron por Tinder hace tres años... y que no se han visto jamás. Hablan frecuentemente por la aplicación, comentan cosas... pero en tres años no han tenido ninguna cita.

Josh, sabiendo que su historia épica merecía ser compartida, decidió subir dos capturas de pantalla (una de ellas con el inicio de su conversación, y la otra con los últimos mensajes) con el siguiente texto: "Algún día conoceré a esta chica y será épico. Mirad las fechas de nuestras conversaciones". Y rápidamente se hizo viral: fue compartido más de 28.000 veces y obtuvo 89.000 'me gusta':

La conversación de la pareja, como podéis comprobar, es completamente surrealista. Todo un cúmulo de despropósitos en el que ambos tardan varios meses en contestarse y, realmente, no intercambian información. Tan sólo excusas.

"¡Hey Michelle!", escribe en 2014 Josh. Su interlocutora, tras dos meses de ausencia le responde con un "lo siento, mi teléfono había muerto", a lo que él contestó: "Lo has encontrado muy pronto. Yo normalmente tardo unos cinco meses en encontrar el cargador", a lo que ella dijo "Sí, quería asegurarme de que estaba cargado. De 0 a 10, muy lentamente".

Otros dos meses después, con cambio de año incluido, Josh le dice: "Lo siento, estaba en la ducha". Le duró demasiado el agua. Un mes después, ella le respondió: "Acabo de ver este mensaje, perdona, estaba en clase".

Casi tres meses después, Josh contesta de nuevo: "Perdona Michelle. Debo haber dado una primera impresión horrible, pero estaba hasta arriba con los exámenes" (han pasado unos seis meses desde que se saludaron por primera vez).

Imagen de la pareja
"Imagen de la pareja"

Otro medio año después, Michelle contesta: "he tenido una semana muy ocupada". ¡Una semana de seis meses! Y, casi un año después, él le responde: "Michelle, no quiero que creas que soy maleducado, pero los exámenes trimestrales se acercan y me está costando mucho mantenerme al día". Con tanto tiempo estudiando, la matrícula de honor está asegurada.

Cuatro meses después, ella respondió lo siguiente: "¡Hey, Josh! Quería contestarte rápidamente pero me he liado con el Día del Presidente. ¡Ya sabes cómo es!". Aquí se acaba todo, como comprobaréis, un intercambio de información muy elaborado.

Tinder pone la solución

Ante este cúmulo de despropósitos, la red social quiso que la pareja se conociese de una vez, que fuese capaz de irse de viaje y que, allí sólos, pudiesen mantener, al menos, una charla fructífera.

"Es hora de conoceros. Tenéis 24 horas para decidir en qué ciudad será vuestra primera cita y os enviaremos allí", les escribió a través de Twitter el perfil oficial de la compañía. Rápidamente, esta vez sí, Josh contestó: "Después de un largo debate sobre vuestra increíblemente generosa oferta, nuestra primera cita soñada sería en Hawái. ¿Nos vemos en Maui?".

La aplicación contestó lo siguiente: "¡Aloha! Os enviamos a Maui, pero no podéis tiraros dos años para hacer las maletas", respondieron los community manager. Una conversación que les ha salido muy rentable.

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