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Una prueba de ADN podría dar un nuevo giro al crimen de las niñas de Alcasser

Científicos investigan una calavera encontrada en una isla irlandesa que podría tratarse de Antonio Anglés.

Una prueba de ADN podría dar un nuevo giro al crimen de las niñas de Alcasser

El crimen de las niñas de Alcasser podría estar cerca de su fin tras un nuevo giro en el caso. Un equipo forense investiga si el ADN de unos restos humanos que fueron encontrados en 2006 por unos pescadores en la isla de Lambay, Irlanda, coincide con Antonio Anglés.

Estos restos fueron encontrados hace quince años, pero ha sido ahora cuando los investigadores han hecho una reconstrucción digital del cráneo y han pedido ayuda para su identificación. Cuando esta petición llegó a la Policía española, las autoridades se sorprendieron del gran parecido que había. Así, la Policía ha solicitado ya que se coteje el ADN de este cráneo con el de Antonio Anglés para saber si los restos coinciden.

Además, los investigadores han querido desmentir los rumores que apuntaban a que este cráneo ya había sido analizado con anterioridad ya que en la isla de Cork ya se encontró otro cráneo que fue cotejado con el ADN de la madre de Anglés y resultó negativo.

Ahora, para conocer el resultado de la nueva prueba de ADN, las autoridades tan sólo tendrán que esperar entre 15 y 30 días, el tiempo normal que dura hoy en día una prueba de estas características debido a los grandes avances tecnológicos. Los investigadores irlandeses trabajan con el ADN de los dientes y, si se confirma la coincidencia, se retiraría la búsqueda internacional de Antonio Anglés.

La travesía de Antonio Anglés

Tras el crimen de las niñas de Alcasser, la Policía no ha dejado de buscar a Antonio Anglés. Después de secuestrar, violar, matar y enterrar a las niñas el 13 de noviembre de 1992, el presunto autor del crimen se fugó a Catarroja.

Allí cogió un taxi y y llegó a una caseta abandonada en Alborache donde pasó dos días. Después Antonio Anglés fue hasta Valencia para hacerse un cambio estético donde se tiñó el pelo y pasó de ser rubio a moreno.

A continuación, de Valencia se fue a Cuenca y de ahí pasó a Portugal, donde embarcó en un barco con destino Dublín. Lo último que se sabe de la travesía de Antonio Anglés es que en la embarcación fue identificado como polizón y se lanzó al agua, de ahí que tenga especial relevancia cualquier resto humano encontrado por la zona. Sin embargo, hay teorías que le sitúan actualmente en América Latina, donde podría estar viviendo con una nueva imagen y una nueva vida.

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