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Protesta en sujetador en la Universidad de Santiago contra un profesor sexista

Nueve alumnos (ocho de ellas chicas) se defendieron de esta particular forma de los comentarios sexistas de uno de sus profesores

La Universidad de Santiago salta a primer plano y no precisamente por un motivo del que estar orgulloso, al menos de su claustro. De sus alumnos sí podemos estar orgullosísimos.

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El pasado jueves 17 de marzo ocho chicas y un chico se descamisaron en la clase del profesor Luciano Méndez, quedando así en sujetador y enseñando sus escotes sobre los que aparecían pintados lemas anti machistas. ¿Por qué? Porque el profesor se había dedicado a hacer comentarios innoportunos sobre el escote de las alumnas.

Al parecer, el profesor del (¡atención!) Máster en Educación, Igualdad y Género (en serio, ¿quién contrata a los profesores en la Universidad de Santiago?) había proferido una serie de comentarios a una alumna por su escote, alegando que éste no dejaba que el profesor se concentrase en dar la clase. Vamos, lo que en un país serio más allá de comentario sexista podría definirse como acoso sexual.

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Los nueve alumnos del Máster decidieron así plantarse en clase de la forma más natural posible. Aunque el profesor intentó hacer ver que no pasaba nada, el machismo acabó volviendo a llenar el ambiente académico. 

Y es que las consignas que las alumnas llevaban pintadas en el pecho (algunas como "noxo e vergoña a la USC - Asco y vergüenza en la USC") al parecer no dejaban al profesor disfrutar de las vistas, alegando que con esas proclamas no podían "lucir sus virtudes femeninas". La cosa no acabó ahí, el profesor también se dirigió al chico que las acompañó en la protesta diciéndole que "iba a mirar las tetas a sus compañeras".

Ante tal demostración de tacto social más propia del Neolítico que del siglo XXI, los alumnos pidieron la inmediata expulsión del docente. 

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Algo a lo que la universidad compostelana ha accedido de manera positiva. Semanas antes de la protesta, el organismo docente ya había impuesto un expediente informativo instruido por una profesora ajena al centro. Con ello, la universidad citó a las partes implicadas y a diversos testigos de lo ocurrido para, como si de un juicio se tratara, vislumbrar si lo ocurrido era cierto y se merecía algún castigo.

El profesor ya ha recibido un expediente disciplinario, aunque nos tememos que la universidad en España va a seguir siendo machista durante muchos más años.

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