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'Pegging': el cambio de roles sexuales que cada vez más hombres piden

Esta práctica sexual se está extendiendo cada vez más a medida que los hombres van rompiendo las barreras mentales que les impiden experimentar.

No es nada nuevo que los hombres tienen más zonas erógenas a parte del pene, y en algunos casos incluso despiertan sensaciones más intensas y placenteras que este. Hasta ahora en muchos casos la estimulación de esas zonas ha sido tratada como un tema tabú, algo que se hacía y se callaba. Ahora, a medida que distintas prácticas sexuales se van normalizando, los prejuicios asociados a ellas van disminuyendo.

Un ejemplo de ello es el 'pegging', una práctica que consiste en invertir los roles tradicionales de la pareja, más concretamente, que sea la mujer la encargada de penetrar al hombre, ya sea introduciendo uno o varios dedos o con la ayuda de juguetes sexuales como consoladores o arneses (que erróneamente se atribuyen exclusivamente al sexo lésbico).

Explora el pegging

Estos jueguetes sexuales existen en variedad de formas y tamaños, aquellos ideales para el 'pegging' (que están diseñados para ello) son unos dildos con una forma enfocada a la práctica del sexo anal, en el caso de estar dirigidos a penetración masculina, su forma está pensada para estimular de la manera más efectiva posible las zonas erógenas.

No es hablar por hablar el afirmar que los orgasmos masculinos experimentados a través de esta práctica son más fuertes que los orgasmos que se obtienen únicamente estimulando el pene. Las terminaciones nerviosas situadas en el ano hacen que la penetración másculina sea una experiencia muy intensa.

Prejuicios a la hora de practicar el 'pegging'

Hay dos motivos clave que explican el placer que provoca en los hombres esta práctica sexual. Por un lado, como hemos comentado, la estimulación del ano, donde se encuentra el punto P, la zona del clímax masculino. Por otro, el placer de ser penetrados por una mujer, esto deriva hacia el concepto de orgasmo mental, que puede compartirse con la pareja sexual si ella siente la misma excitación pro ser quien penetra.

También hay dos grandes miedos a la hora de probar el 'pegging'. Uno es el dolor, muchos hombres que nunca han considerado la estimulación anal temen que pueda resultarles más dolorosa que placentera. Por ello se recomineda iniciarse con consoladores para principiantes y además usar mucho lubricante, en la mayoría de casos el temor al dolor se esfuma en cuanto se lleva a la práctica.

No es el hombre el única que siente placer, en muchos casos la mujer disfruta de igual manera de su rol dominante
"No es el hombre el única que siente placer, en muchos casos la mujer disfruta de igual manera de su rol dominante"

Otro gran miedo que echa a los hombres atrás a la hora de experimentar es el temor a perder la masculinidad. El miedo a ser considerados menos "machos" por disfrutar del sexo anal o la presión social que sufren por tener que demostrar virilidad llevando la iniciativa en las relaciones sexuales. Como si la orientación sexual dependiese de eso, aquí entran todos los prejuicios respecto a la homosexualidad y roles tradicionales e influye sobremanera la sociedad en que nos hayamos criado.

Además, todavía existen muchas trabas a la hora de liberarse de las barreras que impiden disfrutar plenamente de la propia sexualidad, no únicamente aquellas impuestas por nuestro entorno sino también las que se impone uno mismo al autocensurarse y sentirse culpable por disfrutar del sexo de una forma plena. Según la mayoría de sexólogos, la clave está en experimentar sin miedo, probar, probar y probar.

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