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Obligan a una adolescente transexual a llevar el uniforme masculino en el colegio

La joven inglesa contrató un abogado para luchar contra su colegio, que la obligaba a llevar el uniforme masculino y se negaba a llamarle por el nombre que había elegido

Lily Madigan, de 18 años, estudiaba el equivalente a primero de bachillerato en un colegio católico en Kent (Inglaterra). Después de contar a sus amigos y familiares que no se sentía a gusto siendo un chico, y que quería que la llamaran Lily, decidió que no llevaría más el uniforme masculino a clase, puesto que se sentía mucho más cómoda con el uniforme de chicas.

Lily Madigan
"Lily Madigan"

Esta joven de 18 años apareció en su colegio vestida con el uniforme femenino por primera vez en marzo de este año, pero la reacción que se encontró por parte del personal del colegio no fue la que esperaba. Mientras que sus compañeros de clase la habían apoyado, llamándola Lily en vez de Liam y animándola a que fuera ella misma, su tutor le dijo que no estaba respetando el código de vestimenta, y que tenía que irse a casa, informa BuzzFeed. Aunque Lily dijo que ella se identificaba como mujer y que por tanto lo lógico es que llevara el uniforme de chicas, el profesor no cedió. De hecho, convocó una reunión con Lily y con su madre al día siguiente.

Lily fue a la reunión vestida con el uniforme masculino, pero preparada para luchar por sus derechos. En esta reunión, recordó a los presentes que el colegio tiene ciertas obligaciones por el Equality Act 2010, que protege contra la discriminación, pero hicieron caso omiso. "Me dijeron que no tenía razón y que tenía que llevar el uniforme masculino, que nada iba a cambiar y que si no me gustaba cómo eran las cosas quizá lo mejor es que me fuera a otro sitio"

Lily no se sentía cómoda llevando el uniforme masculino
"Lily no se sentía cómoda llevando el uniforme masculino"

La perspectiva de tener que cambiar de colegio y volver a pasar por todo el proceso de contar a sus compañeros que era transexual era demasiado para Lily, así que accedió a respetar los deseos del colegio. Sin embargo, esto la sumió en una profunda depresión. Pero Lily no tiró la toalla y decidió recoger firmas para que el colegio asumiera sus obligaciones. Pese a que 200 personas apoyaron su iniciativa, el colegio no cedió.

Lily tuvo que contratar a un abogado 

En las vacaciones de verano, entre primero y segundo de bachillerato, Lily decidió que todavía no se iba a dar por vencida, y escribió al director del colegio informándole de que se había cambiado el nombre oficialmente, y que por tanto quería que también fuera cambiado en los archivos del colegio, así como que la dejaran utilizar el uniforme femenino y los baños para chicas del centro de enseñanza. La respuesta volvió a ser negativa.

Lily afirma sentirse mucho más feliz
"Lily afirma sentirse mucho más feliz"

Fue cuando Lily se hartó de no ser escuchada, por lo que llamó a un abogado. Eligió la firma Leigh Day, especializada en casos de igualdad. El bufete inmediatamente se dio cuenta de que se encontraban ante un claro caso de discriminación, y que trabajarían en el caso sin esperar retribución económica. "Escribimos una carta [al director] informándole de todas las cosas que tenía que cambiar o le llevaríamos a juicio". Le especificaron que tenía que usar su nombre correcto, referirse a ella en femenino, dejarla utilizar el uniforme femenino y los espacios para mujeres del colegio e introducir enseñanzas a los profesores en relación con la transexualidad. Finalmente, el director del colegio no solo cedió a las peticiones de Lily, sino que le pidió disculpas, asegurando que "nadie tenía la intención de causar daño".

Lily Madigan es ahora mucho más feliz, y decidió compartir su historia para animar a cualquiera que esté en una situación similar a luchar por sus derechos. Afirma que se arrepiente de no haberlo hecho todo antes. 

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