Un nuevo brote de listeriosis ha dejado ya 40 afectados en Andalucía. La enfermedad se transmite a través de la bacteria llamada listeria monocytogenes, presente en algunos animales, pero también se puede encontrar en el agua e, incluso, en el suelo.
La Junta de Andalucía decretó este jueves 15 de agosto una alerta sanitaria por un nuevo brote de listeriosis causado por el consumo de una carne mechada fabricada en Sevilla con el nombre comercial 'La Mechá' de la marca Magrudis, que ya ha sido retirada del mercado.
Ahora, 20 pacientes permanecen aún en ingreso hospitalario y tres de ellos, de avanzada edad y con patologías previas, son atendidos en la UCI en situación de gravedad. Entre los afectados por el brote se encuentra, además, una embarazada, que ha perdido a su bebé, aunque ella se encuentra fuera de todo peligro.
Por su parte, la organización de consumidores FACUA ha criticado este viernes la tardanza de la Consejería de Salud en informar de los peligros de la carne mechada y ha anunciado que constituirá una plataforma de afectados.
Los responsables sanitarios han confirmado que la empresa cárnica ya ha retirado toda la carne mechada distribuida de forma comercial y ha paralizado su fabricación hasta que no se determine el punto de contagio por la bacteria.
Cómo prevenir el contagio
La bacteria listeria monocytogenes se transmite a través del consumo de carne, vegetales, fruta, leche y derivados sin pasteurizar. Pero es importante tener en cuenta que todo alimento que provenga del suelo puede haberse contaminado de esta bacteria y por tanto, transmitirla a los seres humanos.
Para prevenir el contagio de listeriosis, además de tener especial cuidado con los alimentos que se consumen, es importante lavarse las manos de forma exhaustiva después de manipular los alimentos y mantener los utensilios de cocina limpios. Además, se deben cocinar de forma adecuada las verduras y la carne que se vaya a ingerir y evitar que queden crudos.
En caso de haber contraído la enfermedad, su temprana detección es fundamental a la hora de minimizar sus efectos y, por tanto, es necesario conocer de qué forma se manifiestan sus principales síntomas. Aunque las señales varían en función de cada persona, las evidencias más claras de listeriosis suelen ser fiebre, fatiga y vómitos, pero también hay que prestar atención al dolor de cabeza y músculos, rigidez del cuello, pérdida de cabello o convulsiones.
Por todo ello, si se tienen indicios de padecer estos síntomas habrá que acudir al centro médico de forma inmediata, donde se tratará la enfermedad a base de la prescripción de antibióticos.
