A la hora de tatuarnos algo en nuestra piel, siempre debemos de tener algo claro: se trata de un dibujo que va a quedar en nuestro cuerpo durante el resto de nuestra existencia. Por ello, es siempre recomendable que aquello que elegimos tenga un significado especial.
El problema es que todo se limita a imágenes. ¿Y si queremos, en realidad, guardar para siempre la voz de un ser querido, el ladrido de nuestro querido perro o aquella canción que tanto significó en nuestras vidas? Parece algo imposible, ¿verdad?
Pues no. La ciencia avanza a pasos agigantados, y en este caso ha sido un tatuador estadounidense al que se le ha encendido la bombilla del ingenio. Nate Siggard es el nombre al que debemos este nuevo descubrimiento que a nadie dejará indiferente.
Su iniciativa partió, como suele pasar en estos casos, de la manera más imprevisible. Un amigo de su novia se tatuó la primera línea de la canción 'Tiny Dancer' de Elton John. Ellos estaban contemplando el tatuaje hasta que su compañera, Linda, decidió hacer una inocente pregunta que desencadenó todo lo demás: "¿No sería genial escuchar el tatuaje?"
Rápidamente la cabeza de Siggard se puso manos a la obra: "En una sociedad en la que la teconología cada vez avanza más rápido, el arte del tatuaje se estaba quedando atrás. Conseguimos dibujar en la piel todo lo que nos piden nuestros clientes, pero queríamos dar un paso más", ha afirmado el tatuador en su propia página web.
Una app con la que escuchar los recuerdos
La idea de Siggard rápidamente se materializó en forma de app móvil. El tatuador tuvo la capacidad de desarrollar una aplicación que permite transformar cualquier sonido, voz o melodía en una onda sonora.
Con la imagen que proporciona el dispositivo, Siggard se dispone a crear una composición en la piel del cliente. Lo novedoso de todo ello es que, la misma aplicación que ha permitido generar esa onda sonora, es capaz de leerla.
De esta forma, cada vez que abrimos la app y acercamos el teléfono móvil al tatuaje, enseguida detecta el contenido y reproduce los sonidos que cada uno de los usuarios se ha querido almacenar en la piel para la posteridad. De esta forma, por ejemplo, podemos tener para siempre la voz de un ser querido al que echamos de menos o el recuerdo de una canción que ha supuesto algo importante en toda nuestra vida.
Así, para solicitar el nuevo tatuaje, los clientes tan solo deben de realizar una grabación de, como máximo, un minuto y enviarlo a la página web de Skin Motion. Allí, recogerán todos los datos y elegirán a su tatuador preferido para que deje constancia del sonido en su piel. Sin embargo, para realizar este proceso no habrá que viajar a Estados Unidos: los desarrolladores han prometido que abrirán la aplicación para que sea posible obtener una imagen de la onda sonora y poder acudir a nuestro tatuador con la imagen precisa para que la dibuje sobre nuestra piel.
Teniendo en cuenta lo novedoso y original de su descubrimiento, los usuarios no terminaban de confiar en lo que él contaba. Por todo ello, decidió tatuarse en su propia piel las ondas de voz de su novia y los primeros sonidos de su hijo de cuatro meses. Decidió después grabar un vídeo en el que usaba su móvil para reproducir su tatuaje y el contenido, rápidamente, se hizo viral.
Los usuarios enloquecieron con lo que Siggard les estaba ofreciendo en el vídeo y las peticiones terminaron por colapsar su página web, que ya se encuentra nuevamente en funcionamiento.
Sin embargo, aquellos que quieran hacerse el tatuaje con sonido, deberían de tener en cuenta lo siguiente: "hasta junio no sacaremos al público la aplicación, pero se pueden hacer pedidos mediante nuestra lista de espera a través de la página web", ha afirmado el propio tatuador.
Siggard ha afirmado que ya tiene a miles de usuarios apuntados en una lista de espera deseosos de grabar sobre su piel los sonidos que más importancia han adquirido en sus vidas. Los desarrolladores que ha contratado están ultimando todos los detalles de la app para que funcione a la perfección. Sin embargo, aún no sabemos a qué precio supondrán poner en nuestra piel el recuerdo de las voces que más importancia ha tenido en nuestra vida. Para ello, aún debemos esperar.
