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Carlota Corredera: el caballo de Troya que necesitaba 'Sálvame'

Carlota Corredera deja 'Sálvame', el programa que creó, dirigió y presentó, después de 13 años de entrega.

Carlota Corredera: el caballo de Troya que necesitaba 'Sálvame'

Carlota Corredera se ha ido. La mujer que creó, dirigió y presentó más tarde el programa más importante de la última década de Telecinco se ha marchado. Y lo ha hecho como lo hacen los personajes queridos de una serie de televisión: después de recorrer un arco narrativo amplísimo, lleno de hitos personales y profesionales y en uno de los momentos más importantes de su travesía por el universo que encierra el programa. Con un escueto comunicado, La Fábrica de la Tele, productora del programa 'Sálvame' de Telecinco, anunció a finales de este mes de marzo que Carlota Corredera dejaba el programa.

La noticia pilló por sorpresa a todos: al público, a sus compañeros y puede incluso que a ella misma. Poco se sabe de cómo se ha gestado realmente esta salida, aunque la productora ya ha explicado que Corredera se embarca ahora en un nuevo proyecto personal, creado por ella misma, que dirigirá y presentará en la misma empresa. No obstante, y a pesar de que el futuro se intuye prometedor para la presentadora, no pasa desapercibido que este movimiento responde a un cambio de estrategia de Mediaset por tratar de resucitar parte de su liderazgo.

Algunos han llegado a decir que Carlota ha sido despedida "por su vehemente feminismo", por describirlo de una manera elegante. Pero es que el feminismo no puede adquirir otra forma que no sea vehemente. Es una revolución pacífica, pero firme, a la que Carlota se sumó con un compromiso que le ha pasado factura, pero que ha valido la pena. Ella, junto a su equipo, llevó a los hogares de miles de mujeres las reivindicaciones, no de una ola, sino de un tsunami que ya no tiene techo. Su posición frente al machismo fue cooperación necesaria para generar las benditas secuelas que provocó el testimonio de Rocío Carrasco.

Rocío Carrasco y Carlota Corredera
Rocío Carrasco y Carlota Corredera @carlotacorredera

Hace solo un año la historia de la hija de Rocío Jurado provocó un auténtico maremoto en nuestra sociedad. Las llamadas al 016, el teléfono de atención a las mujeres maltratadas, se duplicaron en las semanas en las que se emitió el documental. Y aunque el mérito es esencialmente de la valentía de Rocío Carrasco al compartir su historia, sus aliadas (y, en concreto, Carlota) han tenido mucho que ver en las consecuencias sociales de esta sacudida. La defensa de su testimonio, el escudo frente al negacionismo y la firmeza con la que Carlota detenía discursos que cuestionaban a las víctimas han sido clave para que cientos de mujeres se hayan sentido comprendidas, escuchadas y respaldas desde sus casas. Quién sabe cuántas de ellas han terminado huyendo de sus infiernos gracias a la compresión y el aliento que encontraban a través de la pantalla.

Con tremenda responsabilidad pareciera como si 'Sálvame' se le hubiera quedado pequeño, pues entre esas cuatro paredes de atrezo pasan demasiadas cosas difíciles de contar con una perspectiva feminista. Pero nada más lejos de la realidad. Carlota es el caballo de Troya que necesitan programas como este. En esos lugares donde el espectador encuentra una realidad paralela, frívola, provocadora, pero que en lo profundo de sus historias halla similitudes con la vida real, la vida contradictoria, la vida imperfecta, es donde la perspectiva de Corredera es útil y necesaria. Es el hábitat natural de una mujer que conecta con la audiencia y que sabe hacer entretenimiento sin olvidar el peso que provocan sus palabras y las historias que se cuentan en su programa.

Por eso la salida de Carlota de 'Sálvame' supone un volantazo que no convence a todo el mundo, aunque algunos lo hayan celebrado como si se tratara de una victoria personal. Porque Carlota incomoda, incomoda por su compromiso con las víctimas, porque no es equidistante, porque no se calla, porque aprovecha su posición privilegiada para denunciar los problemas de otras, incomoda porque en su presencia no permite que se cuestione la violencia machista, el rol de "buena madre" o una sentencia judicial.

Carlota incomoda porque, pese a todo eso, no es ninguna Robin Hood. Incomoda porque también comete errores, porque a veces expresa genuinamente sus contradicciones, porque no lo sabe todo, porque es rígida en sus valores aunque la corriente a veces le pueda arrastrar. Porque no deja de ser una mujer dentro de un sistema patriarcal, que vivió su despertar feminista en sus 40 y que a veces también lucha contra sí misma, como cualquiera de nosotros. Incomoda porque muestra su vulnerabilidad, porque es honesta con su imperfección y porque no siempre ha sido la misma.

Carlota Corredera en
Carlota Corredera en 'Sálvame' @carlotacorredera

A las mujeres como a ella se les exige tal pulcritud que, para algunos, nunca será suficiente, porque esa excelencia es una utopía imposible de alcanzar. Parece que todavía no quieren entender que lo verdaderamente valioso de esas mujeres es que su compromiso consiste precisamente en desear llegar a ese horizonte mientras abrazan su imperfección. Que su lucha y su exposición, la de estas mujeres, es como cruzarse entre un tiroteo sin chaleco antibalas, y que todas arrastran sus propias cicatrices personales.

Carlota es una afortunada a la que la vida no siempre la ha tratado bien. En su mayoría de edad tuvo que enfrentarse a la muerte de su padre y de un hermano, lo que inevitablemente también explica la clase de mujer que es hoy. Son heridas que, lejos de haberla enfadado con la vida perpetuamente, le han ido sanando hasta convertirla en una mujer que pone el foco en su familia y en sus amigos. Es una buena presentadora, pero también la clase de persona que siempre responde a un mensaje, que regala su generosidad, que cuida, que te manda un audio para decirte 'gracias, te quiero', que se acuerda de tu cumple y que te invita al vino que olvidaste que te prometió.

Su recorrido en la última década acumula hitos personales y profesionales difíciles de resumir. Fue una curranta de redacción que pasó a dirigir programas para luego presentarlos. Y que, mientras tanto, se enamoró de un compañero, cumplió su sueño de ser madre, se reconcilió con su propia imagen, escribió dos libros incómodos con los que removió al público y acabó poniendo por delante los principios que la definen, completando así un arco argumental fascinante. En ficción es lo que mueve al personaje de un punto de partida a otro radicalmente opuesto. Es esa historia que lo transforma y empodera, y que vive en medio una caída de la que sale reforzado y con impulso hasta alcanzar el clímax de la narración. Quizá su posición al lado de Rocío Carrasco es lo que hizo a Carlota experimentar en su arco esa situación de debilidad que, con el tiempo, se ha revertido. Abandona 'Sálvame' feliz, o por lo menos eso nos ha hecho ver en su último día como presentadora. Es lo que pasa cuando te vas por la puerta grande y habiendo hecho un buen trabajo. Digan lo que digan. Decidan lo que decidan.

Gracias, Carlota. Brillarás allá donde vayas.

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